Las filmaciones de Carl G. Jung y sus íntimos allegados de que dispone la comunidad junguiana a día de hoy considero que son algo así como un adelanto de la publicación de su Libro Rojo. Desde ellas nos llegan declaraciones de un especial valor, intelectual y emocional (la vista suele llegar antes al corazón que las palabras), y no pocas están cargadas de una temeraria franqueza de la que a veces carece la más prudente producción académica.
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