[…] mi labor, mis obras y mi esfuerzo han estado más bien dirigidos a mí mismo; son huellas dejadas en el proceso íntimo de una individuación, aún cuando se vinculen con eslabones herméticos del pasado y del futuro; pero no estando destinados a la popularidad y el éxito de masas, me asusta el éxito que de pronto he llegado a tener aquí y allí. Me temo que esto no es bueno. El trabajo esencial se cumple en el silencio y fructifica en la mente de unos pocos. Hay una sentencia china que dice: «Si un hombre solo y sentado en su cuarto piensa los rectos pensamientos, éstos serán escuchados a mil millas de distancia»
C. G. Jung
Partimos pues, aparentemente, de una flagrante contradicción, queriendo vincular el modelo junguiano a esta forma moderna tan extraordinariamente popular y masiva de divulgación, que es Internet. Mas, como Carl Jung también sabía, más allá de la contradicción está la paradoja, y su popularidad desde entonces, a pesar de las reservas, se sigue multiplicando de modo exponencial, a través de los canales que él mismo dejó abiertos, y a través de los nuevos medios que en esta época han hecho aparición. El entorno propio de incubación, creación y asimilación sigue siendo, en efecto, la propia mismidad, el recinto íntimo. Pero el daimon tiene planes más allá de lo que incluso el más sabio puede prever, y para extender el sagaz pensamiento interior a mil millas de distancia se vale también hoy del hecho de que cualquier sujeto contemporáneo, aún escondido en su más recóndita privacidad, tiene a la mano un dispositivo que funciona como una ventana abierta de par en par al gran mundo. Una vía de contacto con espíritus afines y la llamada del destino que puja por salir desde su interior.
En eso creemos, y a ello hemos apostado los responsables al publicar esta página web.
A vuestra disposición ponemos todo nuestro esfuerzo y experiencia en esta búsqueda, esta queste, en pos de la llamada del corazón, por caminos nunca fáciles, pero siempre los más intensos, ricos y fascinantes, pues la psyché es la vida y su primer y último misterio. El origen de todo aquello que llamamos realidad.
Ojalá les rinda provecho y les sea de utilidad la estancia en esta morada virtual, este portal alternativo de psicología junguiana, con vocación fraternal de intercambio.
¿Quiénes somos?
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En perenne peregrinaje
Me llamo Raúl Manuel Ortega Librero y nací en los albores de 1967 en Minas de Riotinto, un pueblo del condado minero de Huelva. Una comarca famosa por la riqueza de su inframundo desde la prehistoria. Me siento hijo, por tanto, de una plutonía, de una bocana de acceso a los reinos ocultos de Plutón.
Pero mi efectiva y plena inmersión en el mundo de lo inconsciente, de la psicología en general y de la junguiana en particular, no comienza hasta el año 1990, después de que una crisis nerviosa me lanzara sobre el diván del psicoanalista. Lo que se inició en un clásico contexto freudiano se fue abriendo de un modo natural, a través de la propia exploración, hacia esas otras concepciones psicológicas más profundas, exóticas y arriesgadas que hoy reconocemos como transpersonales. Así que, obligadamente, pasé de ser un profano en todas estas cuestiones a un ávido y activo investigador de la historia y los contenidos de las principales disciplinas psicológicas, desde las más populares y mejor aceptadas institucionalmente hasta aquellas corrientes que nos convocan aquí, de carácter marginal y alternativo, cuya eficacia terapéutica, sin embargo, pude contrastar de primera mano, y cuyo contenido teórico considero desde entonces, y a toda luz, el más sincero y certero.
Toda la línea de proyectos y empresas en la que me aplicaba hasta toparme con este estimulante descubrimiento quedó alterada. La nueva vocación que se habría paso, pareja a una muy distinta concepción del ser y de las cosas, inherente a un nuevo paradigma vital, me hizo abandonar el aula de ingeniería y relativizar muchos de los valores y metas que hasta entonces consideraba inapelables. El materialismo cientifista en que fue educada toda mi generación (como en él son educadas todas desde hace ya mucho), y al que me adhería entusiasta, se convirtió para mí, desde entonces, en una construcción artificial. Una filosofía, en su conjunto, equivocada.
No fue hasta pasados unos años desde todo esto que logré tomar clara conciencia de que aquello que me parecía una primicia, un descubrimiento, no era tal, sino más bien un re-descubrimiento. Lo que en principio comprendía como una apuesta por una línea de pensamiento y acción completamente nueva para mí, se trataba en realidad de un renacimiento que me había conducido a un retorno, a un reencuentro. Pues lo que está destinado a ser mañana, si de verdad forma parte de uno, ya estuvo presente ayer. De algún modo. Lo más propio de nosotros existe ya en el primer hálito de nuestra vida y existirá igualmente en el último, así como el árbol está contenido en la semilla de la que procede. Pero, eso sí: no es nada difícil para los hombres el olvidarse incluso de sí mismos. Desde este momento entiendo la psicología junguiana no tanto como una construcción ajena que he hecho mía, a modo de arrendatario, sino más bien como mi propio camino, donde otros antes que yo, más grandes y capaces, lograron llegar ya muy lejos, convirtiéndose para mí y mi búsqueda íntima y personal en carísimos guías, modelos y referencias.
En 1999, al filo de una década marcada por la exploración en todo sentido (viajes, trabajos de todo tipo, adhesión a diferentes comunidades esotéricas, espirituales y religiosas, intenso estudio intelectual, debates, etc.), y justo después de mi bautizo como internauta publicando en las primitivas webs especializadas mis primeros y aún torpes artículos sobre psicología analítica, cristalicé mis inquietudes fundamentales en la fundación, junto a mi socio José Manuel Martínez, del centro holístico Aion en Sevilla, que aglutinaba la actividad de profesionales del mundo alternativo desde muy diversas disciplinas (medicina natural, dietética, astrología y tarot, terapia de hipnosis y regresiones, conferencias, talleres y mesas redondas), junto a una de las librerías del ramo más completas de la capital.
En el año 2000 continúo con mis aventuras y exploraciones viajando a Oaxaca, en México, y allí me topo con el Instituto de Psicología Profunda de México, fundado y dirigido por el analista junguiano Sven Doehner (PhD, MFA), discípulo directo de James Hillman. Paso a formar parte de su alumnado y, al mismo tiempo, como miembro del staff, a gerenciar su centro de retiros y talleres Hacienda El Encuentro, a través de lo cual, entre otras muchas experiencias de esencial y vital importancia, entro en contacto directo, desde una posición privilegiada, con la cultura indígena y el chamanismo.
Meses después prosigo mi singladura americana en Argentina, donde me reencuentro y profundizo estudios con mi amigo y mentor el reconocido psicoterapeuta junguiano Alberto Chislowsky, co-regente por aquel entonces del Centro de Terapias Transpersonales y Neochamánicas.
De regreso a mi tierra natal, cerrando una vez más un círculo, creo esta web, Odisea del Alma, una plataforma desde la que proseguir la eterna búsqueda, siempre desde una posición independiente, lo cual es a menudo sinónimo (y está bien que así sea) de marginalidad. Usando decididamente el vehículo que marca y da carácter al espíritu de la época en este primer tramo del siglo XXI: la «red de redes». El modo más económico y veloz de recorrer el mundo (o algo que se le parece) para los que tenemos la imperiosa necesidad de estar peregrinando siempre.
A partir de entonces, año 2001, van madurando mis construcciones teóricas, algunas de las cuales se han ido destilando a través de mi labor como ensayista y articulista. El grueso fundamental de mi producción en materia de pensamiento escrito está expuesto a día de hoy aquí y aquí. Ecos de estos trabajos pueden encontrarse hoy día en la red reproducidos en infinidad de páginas afines. Además, he prologado algún que otro libro del ramo, he supervisado trabajos y he participado yo mismo en la publicación de algún opúsculo en formato papel.