Con el añadido de esta producción ya están publicados en Odisea los tres documentales básicos que acompañaron la formación junguiana en castellano durante mucho tiempo, desde el inicio de la década de los 90: Compromiso de Corazón, Desde lo profundo del alma y ésta última incorporación, El mundo interior. Hace rato que están descatalogados y que los aficionados andan desesperados rastreando copias.
Yo les tengo un cariño inmenso. Como ya he esbozado en algún lugar de este blog, mi forma íntima de acceder al universo junguiano es clásica y, digamos, «ortodoxa», exactamente la perspectiva desde la que están realizadas estas producciones. Sin embargo, mi destino ha sido siempre establecer contacto personal y cercano no con representantes directos de esta, vamos a llamarle, escuela, sino con egregias figuras procedentes de la arquetipal. De hecho, el arquetipo y sus inextricables caminos hizo incluso que conviviera algunos meses con un discípulo directo de Hillman, el cual había convivido a su vez muchos años con él. Estando así las cosas, mis cosas, estos vídeos durante mucho tiempo fueron para mí el mejor modo de que dispuse para «intimar» con las personalidades que yo sentía verdaderamente cercanas a mi modo de experimentar lo Inconsciente. He pasado largos ratos deleitándome en los expresivos gestos de Franz, de Hannah, de Frey-Rohn, de Joseph Wheelwrigth…, percibiendo sus vivas emociones detrás de las palabras. Empatizando con ellas. Un ejercicio de «emocionalidad activa» al cual ayuda mucho la bella banda sonora que se ha usado en su producción, por momentos tan adecuadamente wagneriana.
No nos podemos acercar a la verdadera Filosofía, a la auténtica Ciencia, dejando en el hall los sentimientos, el arte, como se dejan los zapatos en la entrada de la mezquita. El conocimiento si no es algo holístico es entonces más bien desinformación y malentendido. Por eso hay que recordar una y otra vez por qué los períodos puramente científicos pierden antes que tarde la batalla histórica: porque no tienen ni la capacidad ni la intención de hablarle al ser humano completo, sino sólo a una parte de él, luciféricamente hipertrofiada.
Entonces, a causa del fetichismo con el que he venido tratando estas creaciones audiovisuales (llegué a convertirme en un experto en vídeo digital motivado fundamentalmente por la necesidad de garantizar la preservación de este material), no me ha sido fácil exponerlas al ingente e indiscriminado público internáutico, a la desagradecida intemperie. Me he visto forzado a ello porque ya estaban otras webs exhibiéndolas por aquí y por allá, y Odisea es una empresa que necesita estar muy al día, como todo proyecto basado en Internet. Este sentimiento encontrado fue el que quedó agazapado justo detrás de las frases con las que abrí la presentación de la colección:
«Las filmaciones de Carl G. Jung y sus íntimos allegados de que dispone la comunidad junguiana a día de hoy considero que son algo así como un adelanto de la publicación de su Libro Rojo«.
Yo me había olvidado de esto, hasta que esta misma mañana, antes de escribir la reseña para El mundo interior, quise echar un vistazo a lo que ya había escrito en las otras dos. Curioso ¿verdad? Pocos días después aparecería sorpresivamente la noticia de la publicación, de hecho, del Libro Rojo. Mostrar los vídeos se ha revelado, a posteriori, como un adelanto de eso mismo. En efecto. La difusión del libro ha suscitado un debate moral, podemos decir, análogo, al que yo aún siento en el pecho en relación a estos documentales; inclusive, alentado desde un movimiento de fichas del destino similar (empiezan a aparecer fragmentos del Libro Rojo expuestos por allá y acullá y los junguianos se apresuran a controlar su publicación oficial).
Una vez se me ha tornado consciente este hecho, entiendo mejor por qué sentía yo alrededor de la publicación del libro la impresión de que el momento era el oportuno, que acontecía en kairos (aunque a nadie le guste ser cómplice del holocausto de elefantes sagrados). Algo le había insinuado a mi sombra unos días antes todo lo que estaba por suceder.
El Universo tiene bastante de holograma, es verdad. Además, el pensamiento de los arquetipos (a través del cual trazan los actos del destino) es mágico: se basa en analogías. Por eso producen sincronicidad. «Así es arriba como es abajo», y a veces una pequeña y humilde cosa ocurrida en un perdido rincón se impregna del eco de algo que sucede en un plano mucho más trascendente y mayor.
Moisés Garrido dice
Una extraordinaria compilación, amigo Raúl. Todo un documento excepcional para los que estudiamos y admiramos la figura de Jung, tan presente últimamente incluso en los medios no especializados, con motivo de la publicación del «Libro Rojo», lo cual está bien para que muchas más personas conozcan la importancia y trascendencia del pensamiento junguiano. Por tu parte, ya estás haciendo una gran labor divulgativa con este blog, que estoy recomendando a mucha gente de mi mundillo de la investigación paranormal y ufológica.
Un abrazo,
Moisés
Raúl dice
Gracias, Moisés. Hacemos lo que podemos pero deberíamos poder hacer mucho más.
Supongo que acabará sacando la prensa de tu mundillo un extenso artículo sobre el Libro Rojo. A fin de cuentas el modo en que se realizó está íntimamente relacionado con clásicos del entorno ufológico y paranormal como el Libro de Urantia. Sé que muchos de mis colegas se enojarán, pero yo me divertiré mucho cuando vea salir de imprenta algún titular sensacionalista del estilo de «Psicología analítica ¿una secta contactista más?» 🙂
Un abrazo
Rafael dice
Hola
En primer lugar felicitarte por tu esfuerzo, y dar generosamente esta posibilidad de ver algo más de ese espiritu incontenible de Jung en la net.
Para mí el mejor documental es el de Sir Laurens van der Post, el fue un hobre multifacetico que destacó como escritor y como director de cine. Hizo una gran amistad con Jung que duró 16 años, al que conocio a través de su esposa que fue a analizarse con Jung.
Escribio su celebre ensayo «Jung y la historia en nuestro tiempo», y realizo un magnifico documental sobre él, que sería muy valioso el poderlo difundir, la odisea de un ser humano en busca de un alma.
Murió recientemente poco despues de cumplir los 90 años. Estuvo en Zurich celebrandolo con los amigos de Marie-Louisevon Franz, de la que siempre fue un incondicional.
Raúl dice
Gracias, Rafael. Tus brindis me donan combustible para seguir trabajando en esa dirección.
La figura de Post también me resulta especialmente amable y relevante, y su libro un auténtico rubí. Desgraciadamente jamás he tenido noticia de una edición al menos subtitulada para el público no-bilingüe castellano del documental The Story of Carl Gustav Jung, y yo mismo tengo el límite del bilingüismo en lo fonético (leer inglés leo, pero saberlo escuchar fluidamente es otra cuestión. Yo eduqué mis oídos en el francés, como las señoritas refinadas), así que nunca me preocupé de encargarlo a la tienda de la BBC.
Si tú conoces dónde conseguir una copia subtitulada, házmelo saber.
Un abrazo