Cuando aquella chica entró por primera vez en nuestra coqueta librería esotérica, a la sazón sita en los aledaños de la Plaza de la Alfalfa de Sevilla, me llamó poderosamente la atención que su interés la dirigiera a hojear, saltando graciosamente de uno a otro (como siguiendo un hilo mágico), justo los libros que yo consideraba más interesantes e intensos de la colección que … [Leer más...]