Inminente publicación del Libro Rojo en castellano. Comunicado oficial

Hace rato que estaban en marcha las negociaciones editoriales al respecto, con muy optimista pronóstico, y hace unos días se llegó de hecho a buen puerto y se pudo hacer el anuncio oficial:

Por iniciativa de Soledad Costantini, el MALBA (Museo Latinoamericano de Arte) – Fundación Costantini, Buenos Aires, editará en castellano El Libro Rojo de C. G. Jung, bajo el cuidado, traducción y comentario de Bernardo Nante y un equipo de estudiosos de la Fundación Vocación Humana, Buenos Aires. La publicación tendrá la misma calidad que la original; incluirá el  facsímil del bello manuscrito alemán con todas sus ilustraciones, el estudio y las notas de su editor Sonu Shamdasani, a los cuales se sumarán los comentarios de Bernardo Nante.

Dicho de otro modo: eminentes cocineros (y pinches) de la Nouvelle Cuisine Jungienne argentina, con el apoyo inestimable de algunos colegas a este lado del charco (concretamente de la Fundación C.G. Jung de España) ya nos tienen casi preparado un elefante asado (para pillar la metáfora, leer aquí -concretamente en la sección Los sueños alrededor-) adecuado al estómago del público que digiere en la lengua de Cervantes.

Muchas gracias a todos ellos por su esfuerzo y enhorabuena por su buen gusto y savoir faire.

Ahora sólo nos falta conocer las fechas aproximadas en las que podemos contar con este exquisito menú servido en casa.*
* Ya tenemos algunas fechas: octubre – noviembre del corriente.

Unas reflexiones

Han pasado ya más de cuatro meses desde que se anunciara oficialmente la publicación del Rote Buch, el diario (muy) íntimo de Jung. Al tratarse de la plasmación de una interacción bastante directa de una conciencia humana con el Inconsciente Colectivo, no debería extrañarnos que el asunto con mucha facilidad irradiase influencia, consciente y, sobre todo, inconsciente, hacia todos. Incluso hacia la ingente mayoría de personas totalmente ajena a estos hechos, me atrevería a decir. Ya vimos cómo los sueños iniciales de los primeros exploradores, junguianos y no, expertos y legos, exponían sin ambages las secuelas lógicas de su exposición directa a tan candente material. Incluso tratamos un poquito el asunto de la relación de todo esto, o no, con el arquetipo de «la maldición del faraón«. Seguramente estemos envueltos en todo un hito en la historia de la Humanidad.

Sea como sea, el hecho es que mi propia vida ha cambiado mucho desde entonces. El llamativo giro que tomaron mis cosas no más que a los pocos días del anuncio de la publicación puede tomarse, desde la razón, como una mera coincidencia, sin más. O no. A partir de la primera premisa no nay nada más que decir, pero contando con la segunda, el mensaje que he ido destilando al respecto en este tiempo reza más o menos así: los diarios se escriben. Ser leídos desde luego no es su principal vocación. Los diarios incitan el fluir de la vida, el correr de la sangre, a que la aventura personal esté presente. Nadie vive (ni aprende, ni crece, ni se individúa) a través de experiencias ajenas, y nada pasa esencial en la vida de un mero espectador. No me interpreten mal; no quiero decir que sea una mala idea (al contrario) el ocuparse en la esmerada y cuidadosa publicación de algo así y en su concienzuda lectura. De hecho, supongo que para algunos de los implicados en la aventura de la edición eso va a formar parte de las páginas más interesantes en su propio diario personal. Pero trato de expresar que esa obra está ahí, a la luz ahora, antes que para otra cosa, para decirnos que cada uno debe escribir su Rote Buch, y empujarnos a ello. Al menos eso es lo que me ha parecido honestamente leer en él, antes de leerlo. Nada sirve de sustituto a la hora de labrar la piedra, a la hora del hacer. Investiguemos a fondo las conversaciones de Jung con la serpiente, ahora que tenemos la mejor oportunidad, pero ¿para qué si no hablamos cada uno de nosotros, cara a cara, con ella también?

Mi humilde consejo es, por lo tanto, que ninguna lectura les distraiga de tomar el caótico y ruidoso tren del destino en el momento exacto, en el Kairos, pues nunca hay garantías de que nos regale una segunda oportunidad. El mejor lugar para leer siempre es una estación. Con la maleta lista al lado, para hacer lo que se tenga que hacer. Para escribir el más grande libro, el diario personal, con la pluma de los propios pies en el polvo del camino.

Esta entrada fue modificada en 26 mayo 2017 10:54

Raúl Ortega: Soñador e intérprete de sueños. Batería. Melómano del funk y el jazz. Creador y curador de Odisea del Alma. Ensayista. Terapeuta de orientación junguiana. Programador y desarrollador web. Criador de aves exóticas. Devorador de berenjenas y brevas. Bebedor de Ribera del Duero. Paradigmático puer aeternus. Hippie extemporáneo en formación continua.

Ver Comentarios (19)

  • Hola Raúl:

    Como siempre un gusto en leerte. Fíjate, la sincro, que sin haberte leído, sin ser consciente de tu comentario, casi al mismo tiempo, escribo algo muy similar a lo que tú has dicho aquí, con mucho atino y acierto.

    Primero, lo escribo en el congreso de psiquiatría en el que estoy participando, como réplica a un comentario. Y, después, tras la insistencia por parte de la persona a la que iba dirigida la réplica, hago una entrada en mi blog, la más reciente. Y eso, al poco de actualizar la noticia sobre la publicación inminente del libro rojo de Jung en castellano.

    A quien le interese la sincro, que mire en mi blog la última entrada y verá a lo que me estoy refiriendo.

    Un abrazo

    José

  • Así es: El libro no entrará a imprenta hasta agosto aproximadamente, y se calcula su publicación para octubre o noviembre. La nota, como casi siempre ocurre, dejó bastante que desear en cuanto a fidelidad con respecto a lo dicho por Bernardo Nante... Ni hablar de los comentarios a modo de subtítulo. En fin.
    Saludos a todos!

  • Hola!
    Ante todo, quiero felicitarlos por este blog junguiano. Está re-bueno…muy bueno, realmente.
    Por otro lado, quiero preguntarles cómo puedo bajar o descargar los videos “Compromiso de corazón”, “Desde lo profundo del alma” y “El mundo interior”??
    Soy argentina, psicóloga con orientación junguiana, y trabajo en un hospital neuropsquiatrico, desde hace veinte años.
    Les dejo nuevamente, elogios por todo lo que publican y comentan en materia junguiana y espero una respuesta a mi interrogante.
    Gracias, tambien por dar esta importante informacion sobre el Libro Rojo....Ya estoy esperando su publicacion...
    Un saludo desde mi querida Argentina!
    Marisa.

    • Gracias a ti por tu interés, Marisa.
      Los documentales de la sección Multimedia no son descargables (a no ser que se usen técnicas de hackeo). Si tienes mucho interés en hacerte con ellos ponte en contacto conmigo a nivel particular y ya veremos qué podemos hacer. Conozco en Argentina a personas que podrían ayudarte a conseguirlos.

  • Saludos desde Argentina.

    Les adjunto un interesante link:

    http://uol.elargentino.com/nota-86343-medios-126-Jung-en-su-laberinto.html

    Me ha llamado la atención la crítica al final del mismo:

    Desde el campo freudiano, Harry Campos Cervera, psiquiatra y miembro titular de la Asociación Psicoanalítica Argentina, afirma que la escasa difusión de la obra de Jung se debe a su propia limitación teórica. “Sus interpretaciones del inconsciente son unívocas. Están basadas en arquetipos y en un inconsciente colectivo preestablecido por cuestiones míticas, lo que limita los múltiples sentidos que puede tener la interpretación según la individualidad de cada sujeto”, critica.

    ¿Qué les parece a ustedes?

    Un saludo y felicitaciones por su web.

    • Gracias, Luis. También por tu aporte.
      No pueden caber dudas acerca de que la escasa difusión del pensamiento junguiano se debe fundamentalmente a dos cosas: la "aristocracidad" de su contenido, accesible a la comprobación empírica en muy pocos, y lo enfrentado que está todo lo junguiano con el paradigma cultural imperante. No es sólo el Psicoanálisis el que ha funcionado como inquisidor, no. Es todo el stablishment científico, político y mediático, que se protege a sí mismo. Como es su deber hacer.

      Sí, estoy de acuerdo en que la teoría junguiana simplifica mucho todo. A veces eso es enojoso, es verdad. La multiplicidad, la diversidad, la relatividad, dan mucho juego. Y mucho negocio. En su seno proliferan debates, ediciones, producciones, dimes y diretes, infinitas idas y venidas, y da de comer a muchos y entretenimiento aún a más. Somos muchos en este abarrotado planeta y todos queremos un lugar en el festín. Aportar opinión, contar algo, hacernos notar. Es natural. El asunto es que la simplicidad junguiana proviene de que tiende al Centro, al Punto, a la condensación esencial. Y nosotros estamos muy acostumbrados a andarnos por las ramas, y a caminar para arriba y para abajo por la infinitud de las circunferencias. El Alfa es simple, el Omega es el Uno, pero estoy de acuerdo en que lo más divertido es caminar el laberinto abigarrado que media entre los dos. Afortunadamente, hay muchos arquetipos y el entretejido que se forma entre ellos y la multiversa realidad es suficientemente complejo como para tenernos muy entretenidos, teórica y prácticamente, toda una vida. O varias.

      Mirémoslo así: la Química nos enseña que la infinitud de sustancias y texturas materiales que nos rodean en realidad se reduce en esencia a unos pocos elementos simples que caben en una minúscula tabla periódica. Los cuales a su vez se simplifican si analizamos, hacia su esencia, las partículas que los forman. Muchas consideraciones teóricas se han caído en ese camino hacia la realidad, en forma de embudo, y con ello sus forjadores han visto abortadas sus prometedoras carreras. Muchos tan acalorados como concurridos y deleitantes debates científicos se han zanjado después de una sencilla demostración experimental. En realidad, no es tan grave.

      Sí, también es verdad que lo junguiano ha sido usado como argumento de autoridad comodín para apuntalar las más diversas y contradictorias posturas. Crédulos y escépticos citan a Jung por igual. Positivistas y románticos. Poetas y materialistas. Cuando uno no entiende lo que tiene delante, proyecta su propio carácter en ello. Cosa a la que digo mucho que ha ayudado la propia reserva de Jung a la hora de posicionarse pública y oficialmente con la mínima ambigüedad posible en relación a ciertos esenciales temas. Pero poco a poco está lo junguiano evidenciando su verdadero genio y figura. Contándole al mundo lo que realmente quiere decir. Aunque, por otro lado, como avisé más arriba, en nuestra cultura son aún los menos los que están capacitados para acoger un discurso así.

      • Me acaba de caer en el bolsillo esta cita, que viene al pelo:

        "Bailamos en el corro y suponemos, pero el Secreto se sienta en el centro y sabe"

        Robert Frost