Hablo habitualmente de la relación, a la vez patente e inextricable, que hay entre las imágenes e ideas primigenias, los arquetipos, y el pensamiento científico. Es éste uno de los motivos principales que animan mi artículo Mitos de la Ciencia, sin ir más lejos. Los ouroboros del químico Kekulé, los unicornios de Newton, los sueños de Descartes, las fantasías infantiles de Einstein, la mística de Pascal, el taoísmo de Niels Böhr… El modo que tiene el científico de innovar en su campo no difiere sustancialmente de la forma en que se inspira el artista o el religioso. La madre del pensamiento científico sigue siendo lo mítico. Lo mítico alienta, y también puede enloquecer. Así que jamás está lejos la inspiración de la locura, como el saber popular tanto predica.
Tratando todo esto traigo a colación a menudo el carácter de perfecta mediadora entre los dos planos gnoseológicos que es la matemática. El número, la geometría, son un perfecto cruce de caminos desde los que se puede viajar al arquetipo, en una dirección, o hacia el mundo de la ciencia, en la otra. La escala gnoseológica sería algo así:
1.- Datos sensoriales (hombre hylico – filosofía empirista – positivismo – nominalismo)
2.- Abstracciones (hombre psíquico/mental/artístico – filosofía racionalista – idealismo – realismo)
3.- Imágenes e ideas primigenias (hombre pneumático – teología – gnosticismo)
De abajo a arriba, ésta sería la escala de la conciencia/conocimiento. Vemos cómo la abstracción, cuyo paradigma es lo matemático, se encuentra en ese punto medio entre lo concreto y lo metafísico. Donde también habitan los sueños y el arte.
Como nuevo ejemplo paradigmático de lo que ocurre en esa intersección de los mundos, donde la ciencia y la religión, la genialidad y la locura, se interpenetran abiertamente, traigo ahora esta noticia:
Un enigma de Jesús llevó al genio matemático a resolver el problema de Poincaré
El genio de las matemáticas ruso Grigori Perelman, quien resolvió la conjetura de Poincaré, uno de los problemas más complejos, cuenta este jueves en una rarísima entrevista que él se dejó llevar intentando comprender cómo Jesús caminaba sobre las aguas.
MSN Noticias – 29/04/2011
El matemático ruso Grigori Perelman en una foto sin fechar. Perelman, quien resolvió la conjetura de Poincaré, aseguró en una entrevista que averiguó cómo resolver el probema pensando en cómo Jesús caminaba sobre las aguas.
El genio de las matemáticas ruso Grigori Perelman, quien resolvió la conjetura de Poincaré, uno de los problemas más complejos, cuenta este jueves en una rarísima entrevista que él se dejó llevar intentando comprender cómo Jesús caminaba sobre las aguas.
«No hay problemas que no se puede resolver, hay los que son difíciles de resolver», declaró en una entrevista a una compañía cinematográfica cuyos extractos publica el diario Komsomolskaia Pravda.
Evocando sus recuerdos de la escuela, el sabio solitario, que rechazaba hasta ahora todo contacto con los medios de comunicación, indicó que lo que él quería era explicar una leyenda de Jesús.
«Usted debe recordar la leyenda bíblica sobre Jesucristo, según la cual él caminaba sobre las aguas. Yo debía calcular la velocidad con la que caminaba para no hundirse», explicó. En la medida en que «la leyenda sigue existiendo, esto quiere decir que no me equivoqué», prosiguió. «Un niño aprende desde el nacimiento. Si se puede entrenar los brazos y las piernas, ¿por qué no se puede entrenar el cerebro?», se preguntó.
Perelman explicó por otro lado que renunció a la recompensa de un millón de dólares, otorgada el año pasado por la Clay Mathematics Institute (CMI) por la solución del problema, porque él sabía «cómo gobernar el Universo». «Yo sé cómo gobernar el Universo. ¿Por qué tendría que correr detrás de un millón?!», declaró.
El matemático, de 44 años, que vive con su madre en un barrio periférico de San Petersburgo, fue designado en marzo de 2010 como el ganador de uno de los premios del milenio del CMI por haber publicado en internet la solución del problema de topología planteado, en 1904, por el matemático francés Henri Poincaré. Después de varias semanas de suspenso, Perelman anunció que había «rechazado» el premio debido a un «desacuerdo» con la comunidad matemática.
José Antonio dice
Hola Raúl:
Qué buena sucesión gnoseológica has presentado aquí. Esa misma sucesión la presenté en La Hermandad de los Iniciados, sólo que en lugar de tres, yo hablé de cuatro categorías gnoseológicas. Pero la esencia es la misma.
Un abrazo
JA
Juan Manuel dice
Genio y Loco.
¿Y si Raffaele Bendandi, el sismólogo autodidacta (fallecido en 1979), tuvo una buena intuición, pero erró en el punto del Mediterráneo? Más de uno, a la vista de lo sucedido en Lorca, revisará su escepticismo sobre ese visionario, sin credibilidad en la comunidad científica, que ha provocado tanto revuelo en Roma con su supuesta predicción de una sacudida catastrófica el 11 de mayo del 2011.
Hoy algunos excepticos se han quedado muditos mirando al techo, ha esto se le llama romper la «Imagen de si mismo», se para la mente al no encontrar respuestas racionales, y cuando la mente hace «Stop» comienza la magia.
Juan Manuel
Raúl Ortega dice
La historia fue así: recibimos un anuncio desde un paragnosta, bastante eficiente, de que ese día (11 de mayo) habría un terremoto. Corroboramos esa información desde otras fuentes de lo inconsciente colectivo y avisé con una semana de antelación a familiares y conocidos. Nadie conocía exactamente el lugar, pero más bien se presentía la costa andaluza. Al final, mecachis, lamento no haber hecho el anuncio en el blog… Siempre falta fe…
La cosa no queda ahí. Esto es sólo un pequeño aviso.
Juan manuel dice
Mañana…Mañana 21 de Mayo es un dia interesante, un dia extraño, un dia sobre el que escribo sin escribir de manera indirecta, igual simplemente es de indole personal, igual es nada…en fin
antonio dice
Hoy 10 de Junio, se fue rápido, luego del trabajo pase a la universidad a seguir trabajando, fue igual, pero de emociones distinta, ya quiero ir a casa, para mañana hacer lo mismo y empezar lo mismo, en fin todo es igual y monótono. Quiero descubrir algo para hacer interesante mis dias.