El amor es cosa de ricos

Si se me permite esta eventual desproporción, opino yo que todo lo esencial que tiene la Psicología Analítica que decir está a día de hoy contenido en los Siete Sermones y en La psicología de la transferencia. Individuación consiste en aprender y olvidar, una y otra vez, cíclicamente, lo que tratan de reflejar esas obras. Vivirlo, desvivirlo, y volverlo a vivir. En la necesidad evolutiva de irlo comprendiendo y asimilando todo mejor a cada vuelta de la Gran Rueda.

En el Sermón V leemos:

«El mundo de los dioses se manifiesta en la espiritualidad y en la sexualidad. Los del cielo aparecen en la espiritualidad, los terrenales en la sexualidad.
Espiritualidad recibe y capta. Es femenina y por ello la denominamos la Mater Caelestis, la madre celestial. Sexualidad produce y crea. Es masculina y por ello la denominamos Falo, el padre terrenal
[…]
El Hombre es débil, por ello es comunitario inevitablemente; la comunidad si no está bajo el signo de la Madre entonces está bajo el signo del Falo«

En la primera mitad del eón pisciano a nuestra comunidad occidental la trataban de orientar los faros intelectuales hacia los ideales morales de la pobreza y la castidad. Con escasísimo éxito, hay que decir. A partir del fin del Medioevo, sin embargo, el pájaro Madre, quizás muy decepcionado, empezó a batir alas hacia su invisible refugio más allá de los nimbos, a cada siglo volando más lejos en lo alto, hasta que la serpiente Falo logró atraer para sí todo el poder sobre los reinos de este mundo, instaurando entre nosotros el ideal del dinero y el de la sexualidad. En el núcleo magro de la primera propuesta vital encontramos como ejemplo paradigmático la filosofía cátara. En el mismo lugar, para la segunda, encontramos el paradigma freudomarxista. La revolución industrial, la positivista y la marxista lograron convencernos de que el último bien que nuestra alma anhela no está en los ángeles, sino en los bolsillos. La revolución sexual llegó como pináculo de las otras a subrayar que no existe binestar social con entrepiernas gazmoñas.

A cada día que pasa le resulta más claro a mi opinión que detrás del eterno debate sobre la administración de riquezas en que los opuestos políticos modernos se debaten lo que ocurre es una pugna, más decisiva aún, por tener un calado psicológico, y por lo tanto social, más eminente, entre el Falo y la Madre. A nivel internacional este asunto queda bastante explicitado en la tensión Islam-Occidente, y fue de las primeras cosas que analizamos inmediatamente después de los terribles sucesos del 11-S. A nivel nacional se ha necesitado que las izquierdas y las derechas vuelvan a extremar un tanto sus planteamientos para que todo este asunto avance de nuevo hacia la luz desde las proteicas regiones de lo subliminal y preconsciente, y desde la definitiva opacidad de lo inconsciente. Es en este contexto donde hay que entender muchos hechos dentro del marco político actual, que sólo en apariencia pertenecen al plano de lo menor y lo accesorio. Por ejemplo, que el Ministerio de Sanidad español esté tan preocupado por el bienestar sexual de los contribuyentes que haya realizado la encuesta que expongo a continuación. La misma viene ahora a suceder otras investigaciones similares que se han realizado últimamente en España en el sector privado, de algunas de las cuales se ha hecho eco este blog, cuya repercusión mediática de seguro ha animado a este Ministerio ha invertir en el proyecto. Máxime cuando esas estadísticas trataban de relacionar los hábitos sexuales con las filiaciones políticas. En efecto, cada vez es más evidente que la arena donde se lucha por el voto tiene el color de la piel desnuda, además del color del dinero.  

Un sondeo del CIS sugiere que los ricos tienen una vida sexual más creativa

El sondeo, encargado por Sanidad, pregunta a los ciudadanos si les gusta atar a su pareja  |  La segregación es por sexo, edad, tamaño del municipio, situación laboral y nivel social  |  El estudio incluye preguntas sobre salud sexual y reproductiva útiles sociológicamente

CARLES CASTRO | Barcelona | 11/09/2010 | Actualizada a las 01:14h

Numerosos sondeos del Centro de Investigaciones Sociológicas preguntan a los ciudadanos por su grado de felicidad, su satisfacción con la vida, la sinceridad de sus vecinos o si suelen asistir a la misa del Gallo. En algún caso estas preguntas pueden parecer insólitas pero ayudan a radiografiar el país y las actitudes e inquietudes de sus habitantes. Y, de paso, brindan al poder de turno –ya que muchas encuestas del CIS responden a convenios con algún ministerio– una imagen muy precisa de la psicología de los electores. De ese modo, es posible saber que (siempre según el CIS) los mayores niveles de satisfacción emocional se registran entre las personas situadas en el centro político o que los jóvenes de centroizquierda e izquierda se lavan menos la cabeza que los de centroderecha.

Algunas preguntas, sin embargo, parecen evidenciar una gran curiosidad sobre los hábitos más íntimos de los españoles. Es el caso de algunos de los sondeos realizados por encargo del Ministerio de Sanidad, que indagan sobre la frecuencia con que los ciudadanos practican el sexo, dónde prefieren realizarlo y si utilizan bolas chinas o grilletes para acompañar las relaciones sexuales. Concretamente, el estudio 2.738 del CIS ofrece una imagen muy completa de las «actitudes y prácticas sexuales de los españoles», aunque con un nivel de detalle bastante llamativo.

El sondeo –que incluye también numerosas preguntas sobre salud sexual y reproductiva– empieza interesándose por la vida amorosa de los españoles y concluye que más del 75% se sienten satisfechos o muy satisfechos. Sin embargo, llevados por su celo profesional, los autores del estudio segregan la muestra a partir de variables como el género, la edad, el tamaño del municipio, la situación laboral o el nivel social de los encuestados. Y de esa manera es posible saber que la satisfacción con la vida sexual es superior entre las personas de clase social alta (72%), que entre las de clase baja (37%). O en otras palabras, el dinero no da la felicidad, pero parece ayudar bastante.

Para dilucidarlo, la encuesta penetra en la intimidad de las alcobas con el objetivo de ofrecer detalles sobre las enormes desigualdades sexuales. Por ejemplo, mientras casi el 80% de los consultados de clase alta tienen pareja estable, sólo un 65% de los de clase baja disfrutan de esa situación. Y lo que es más significativo: mientras la mitad de las personas de clase media, media alta o alta que tienen pareja estable sostienen relaciones sexuales con ella, ese porcentaje cae al 24% entre los pobres (que además confiesan un nivel de satisfacción muy inferior al resto de categorías sociales).

Pero el sondeo no se queda ahí y pregunta por el número de parejas sexuales que ha tenido cada uno de los encuestados a lo largo de su vida. Y de nuevo, la respuesta parece dictada por las leyes de la sociología marxista: frente a nueve parejas sexuales de las personas de clase media alta, la clase media baja se ha de conformar con sólo tres a lo largo de su vida. Claro que el estudio no aborda sólo los aspectos más extrovertidos y sociales de la sexualidad sino que se adentra en el ámbito de la introversión y la experiencia más individual. Para ello, pregunta sobre la masturbación (que paradójicamente suscita mayor comprensión entre los ricos que entre los pobres) y sobre su práctica concreta. Y el resultado, otra vez, revela grandes desigualdades sociales: mientras un 75% de las personas de clase alta confiesa esa práctica, la tasa cae al 34% entre las personas de clase baja.

Apartir de ahí, la encuesta desnuda hasta extremos insólitos los hábitos sexuales de los españoles. Así, los encuestados son preguntados sobre sus necesidades sexuales (algo mayores entre los ricos que entre los pobres, según el sondeo) o sobre su inclinación a ser más o menos imaginativos a la hora de practicar el sexo. El estudio refleja que el sexo oral tiene mayor predicamento entre los ricos que entre los pobres, que el vibrador encuentra su mayor nivel de aceptación entre las clases media baja y baja, y que las bolas chinas arrasan entre las personas de clase baja que utilizan juguetes de carácter sexual (un grupo, este último, que en ningún caso recurre a grilletes). Eso sí, tras preguntar por el uso de sustancias estimulantes o de cremas lubricantes, el sondeo concluye que la cama es el lugar preferido por todas las clases sociales.

En otra entrada del blog ya habíamos tocado el tema de la relación entre satisfacción sexual y poder adquisitivo. Aunque parece ofender la sensibilidad romántica de muchas personas, Perogrullo tiene clara la conexión entre ambas cosas, desde tiempo inmemorial, por ejemplo cuando dice aquello de «Si la pobreza entra por la puerta, el amor sale disparado por la ventana«. O cuando señala que lujuria viene de lujo, y que concupiscencia es aplicable igualmente a la lascivia y al consumismo. El sexo no sólo es un bien material, es el bien material por excelencia.

¿Por qué hallamos relacionadas históricamente una y otra vez las clases altas con la bacanal y el dispendio sexual? Sencillamente: porque pueden permitírselo. El sexo es una de las inversiones más preciadas en que quiere emplearse toda fortuna, y la fortuna y la fama, el carisma y la popularidad, son a su vez poderosos, muy poderosos, afrodisíacos. A través del sexo obtenemos dinero y poder, y a través del dinero y el poder obtenemos sexo. Es un tándem arquetípico.

Sin embargo, el asunto precisa una puntualización. Aristóteles era el que decía que las mieles de la filosofía estaban reservadas sólo a aquellos a quienes los neg-ocios le fueran tan bien como para tener vastos espacios de ocio. Pareciera que la misma ley es aplicable al amor. Pero, en realidad, Aristóteles no tenía toda la razón. Los filósofos cínicos también sabían que sin buenos negocios ni mecenas el arte y la ciencia medran con dificultad, pero que, a su vez, la austeridad y la humildad también dejan mucho tiempo libre y no están por ello frontalmente enfrentadas a las necesidades del pensamiento. Del mismo modo, aunque al amor le vaya mejor en las maduras que en las duras (las promesas católicas en la ceremonia de boda se las lleva con mucha facilidad el viento), también es muy cierto que el pan y las cebollas no tienen por qué espantar siempre a los orgasmos más gloriosos. Es más: es el amor el que consigue que la sopa de ajo sepa divina, y es por ello mucho mejor opio para el pueblo que aquél que nos decía el barbudo alemán. La belleza está igualmente repartida entre el arrabal y el centro de la ciudad, y así el sexo, como la muerte, practicado con nueve o con tres, acaba igualando a todos los estamentos, aunque sea a grosso modo. Claro que no podía el sondeo concluir otra cosa que «la cama es el lugar preferido por todas las clases sociales».  

Totalmente lógicas las apreciaciones sobre los grilletes. A fin de cuentas, el marqués de Sade era eso, marqués. Sin embargo, no me cuadran para nada los datos extraídos sobre la masturbación. No tiene sentido psicológico. Creo que al menos ahí cada entrevistado contestó lo que le vino en gana, o la consulta incluye alguna variable que desconozco.

Esta entrada fue modificada en 17 octubre 2022 8:46

Raúl Ortega: Soñador e intérprete de sueños. Batería. Melómano del funk y el jazz. Creador y curador de Odisea del Alma. Ensayista. Terapeuta de orientación junguiana. Programador y desarrollador web. Criador de aves exóticas. Devorador de berenjenas y brevas. Bebedor de Ribera del Duero. Paradigmático puer aeternus. Hippie extemporáneo en formación continua.

Ver Comentarios (6)

    • Me alegra leer a uno de esos románticos platónicos que quieren seguir viviendo en el estrecho margen de las minorías estadísticas.

      Eros (Cupido) es hijo del mismo amor (Afrodita) y de la guerra (Ares), proclamando para sí el odio como una parte esencial de su naturaleza, y Platón, así es, quiso que fuera hijo de la riqueza y la pobreza. En todos los casos veremos, y eventualmente padeceremos, que el amor arrastra tanto lo bajo como lo alto, tanto lo feo cuanto lo bello. Lleva en sí el germen contrario a su aparente naturaleza. Cuando creamos que nos arrastra a la animalidad y al vicio, nos estará llevando al templo de lo Bueno y lo Bello. Cuando sintamos que nos sube al Cielo, comprará nuestra alma como el más pérfido demonio.

      El Banquete sigue siendo el tratado sobre Amor más preciso y exacto, cuyos saberes aúnan lo que del tema han llegado a comprender Oriente y Occidente. Su alcance es tan lejano que los secretos que esconde sólo están a la mano de esos amantes que no tienen cabida en ningún sondeo de opinión. Para el resto, los opacos al amor platónico, queda más o menos eso: un banquete. En una tasca o un restorán caro.

      Saludos

        • Perdona por no haber respondido antes, Christian. He estado liadísimo con unas cosas y con otras (reflexiono estos días en lo disgregada que anda mi personalidad, con varios yoes divergentes, y el problema esencial humano universal que eso significa). Acabo de mirar tu blog y es una MARAVILLA. Tu libro me parece, según su planteamiento, que es un dianazo. Felicitaciones.

          Lo voy a pasar a mis bookmarks en cuanto el yo bloggero retome riendas :-). Se hace necesario crear vínculos trackbacks entre los dos blogs para compartir los debates...

          un abrazo

          • Gracias Raul. Es divertido, pero estoy prerando una entrada acerca de la fragmentación de la personalidad y los espejos (Matrix, La Dama de Shangai, etc)
            Es fantástico crear redes en estos tiempos.
            Un abrazo, Christian

          • ... Casi mejor referenciar sin más vueltas la peli "Las 3 caras de Eva" :-). Hay muchos modos de fragmentación: la personalidad nº1 vs. la nº2 (ego vs Self), las subpersonalidades relativas a cada función psicológica, las subpersonalidades relativas a cada contexto social (las múltiples adaptaciones a los distintos entornos -exarcebado en el carácter histérico-), la escisión que se produce cuando la Sombra salta del dominio privado y secreto a la vida social (un paso aún más allá del Dr. Jekill y Mr. Hyde, donde Hyde consigue hallar una vocación moral y públicamente aceptada). En este último caso tenemos al subgrupo de aquellas personas que hacen carrera a través de Animus o Anima, cosa que paradigmáticamente ocurre con una amplia estadística de la mujer moderna y que es a la vez mi propio caso personal.

            Ya está tu blog en enlaces, Christian. En cualquier momento empezamos con los trackbacks.