Las conductas evitativas en las relaciones (el estar supuestamente en pareja pero sin comprometerse realmente, en un sí/no perpetuo que va triturando el ánimo del otro) han provocado más dolor en el mundo que todas las guerras juntas.
Hay muchas razones para ser evitativo. Una de ellas es el denominado «donjuanismo», una especie de perfeccionismo en el amor que va buscando una idealización que, por supuesto, solo existe en el alma del donjuán, y que le obliga a salir con una mujer detrás de otra, hasta que descubre que va corriendo tras un absurdo, como perro que persigue su propio rabo.
El donjuanismo se da muy frecuentemente en el carácter intuitivo con complejo materno positivo. La buena relación con la madre hace muy fácil idealizar lo femenino. Sin embargo, todo intuitivo cae con facilidad en esta conducta, porque la intuición siempre busca al anima, la musa, más allá de la mujer de carne y hueso.
Un apunte: el mito de Pigmalión gira alrededor de todo este tema, aportando una mirada ingenuamente positiva al respecto.
Aldo Narejos, compositor y psicólogo, nos cuenta sobre este síndrome en esta canción-ensayo.
Jan dice
Recientemente leía algunas consideraciones que Federico Fellini dejó escritas en sus memorias acerca de su película «El Casanova» -personaje «donjuanista» donde lo haya-, protagonizada por Donald Sutherland. En una de ellas dice: «…me propuse contar las aventuras de un zombi, una fúnebre marioneta sin ideas personales, sentimientos, puntos de vista; un ‘italiano’ aprisionado en el vientre de la madre, sepultado allí dentro fantaseando sobre una vida que nunca ha vivido verdaderamente…»
Hay una cita hacia el final de la película donde un personaje pregunta a Casanova: «Y tu viaje a través del cuerpo de la mujer, ¿adónde te lleva?» a lo que aquél responde: «A ninguna parte».
Me parece una película que ilustra perfectamente el tema aquí tratado.
Según sus biógrafos, Fellini era una gran lector de Freud.
Raúl Ortega dice
Bien traído a colación. Gran intuición la de Fellini entonces.