El Derecho a Mirar y Ser Visto

ÓIeos y comentarios por Nancy Celáyez

Aquí presento algunos de mis otros hijos… Productos de una etapa de bússqueda y encuentro conmigo misma. Siento que quiero anclar en esto; la pintura me contiene y a la vez me da el vuelo necesario. Cuando pinto, sucede algo tremendo: de pronto desaparece todo pudor y cuestionamiento y me permito sacar imagenes de mi inconsciente, de mis sueños, de mis deseos; esas imágenes aparecen sin esfuerzo alguno, solo fluyen y mi mano ejecuta. En mis últimas experiencias, ni siquiera bosquejos he utilizado y lo que surgió de esto es mi trabajo que se llama Transición… Y, últimamente, una imaginaria ciudad donde hay una evidente mezcla de culturas… Siento que he logrado dibujar una expresión de deseos. Allí hay símbolos; mis esfuerzos están dirigidos a ese encuentro, hacia la iniciación… ¿No entienden? Y… ¡claro que no! Esa es la complicidad entre mis pinturas y yo.

No ha sido gratis llegar a esto -no sé si gusta o no; no si es malo o bueno-. No me interesan los críticos de arte. Sí me interesa poder expresarme como nunca antes pude. Fue una búsqueda muy desordenada e incluso hasta indefinida durante muchos años.

Tuvo mucho que ver en esto mi amigo y terapeuta Raúl (sin sonrojarse porfa…), pues a través de una intensa terapia y mucha lucha (hasta entender el nuevo idioma que me proponía), con su profesionalismo y calidez humana, me hizo enfrentarme con mi tremenda sombra…con mi ánimus negativo y fatal…con mis funciones más débiles…y enfrentar a mis maestros negativos.

La tarea ni por casualidad ha concluido.

Cuando pinto mis mandalas, entro en diálogo con ellos, desde lo mas profundo de mi y he leído en algún lugar que este proceso de pintar mandalas (círculo en sánscrito) se da en momentos en que existe un gran desorden y caos en la mente de una persona y que la producción de diseños circulares aumentaba toda vez que la tribua era amenazada por dolencias, guerras o situaciones de peligro.

En mi caso fue exactamente así.

La aparición de mis círculos respondía a una necesidad de encontrar el orden, de protegerme como en una especie de vientre materno, en el símbolo que abarca la totalidad.

Cada uno en su génesis tiene una explicación, un porqué, un destinatario; cada uno es un amuleto y la representación de mi emoción.

La comparto…


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Esta entrada fue modificada en 23 marzo 2016 19:30

    Categorías: Galerías
Raúl Ortega: Soñador e intérprete de sueños. Batería. Melómano del funk y el jazz. Creador y curador de Odisea del Alma. Ensayista. Terapeuta de orientación junguiana. Programador y desarrollador web. Criador de aves exóticas. Devorador de berenjenas y brevas. Bebedor de Ribera del Duero. Paradigmático puer aeternus. Hippie extemporáneo en formación continua.