Mis mejores deseos para todos en el 2011: que mucho comamos, recemos y amemos…

Comer, Rezar, Amar

Les exhorto a que presten mucha atención a todo lo que les sucede en estos primeros días de un nuevo ciclo. Suelen presentarse signos de lo que serán pautas kármicas generales en los meses subsiguientes. El destino avisa un poco, no es tan traidor. Ojalá que todos recibamos no más que buenos augurios en estos días de cabañuelas, aunque este deseo no sea más que un brindis al Sol.

Yo comienzo el año lleno de agradecimiento. Parafraseando a Elizabeth Gilbert en su libro «Comer Rezar Amar», mi primera oración empieza (como todos los años, pero éste con redoblado entusiasmo) con un «Señor, soy un profundo admirador de tu obra». Me ha encantado que mi saquito de cabañuelas del 2011 haya incluido la lectura de esta maravillosa historia autobiográfica y el visionado de la película al hilo. A pesar de lo que muchos opinan, y yo mismo prejuzgaba hasta conocer el asunto de verdad, no se trata de un triste producto más del entramado comercial farisaico de la New Age contemporánea. O sí, también lo es. Claro que es comida rápida espiritual. Pero tiene buenas presas de carne magra y sana que bien alimentan. Doy fe de que la historia, en sí, es honesta, verosímil. Ni más ni menos que porque coincide en amplios sectores con la mía, y con la de muchas otras personas que nos vemos compelidas, por carácter y destino, a movernos en esas mismas coordenadas. Si no me gustara hablar tanto, excursar tanto, yo zanjaría lo que hasta ahora sé sobre el proceso de individuación y la búsqueda de la verdad (tanto filosófica, como científica, como religiosa) con la rápida y contundente reflexión que aparece al final de la película (que lastimosamente el libro no contiene):

«Al final, he llegado a creer en algo que yo llamo la «Física de la Búsqueda». Una fuerza de la Naturaleza que se rige por leyes tan reales como la ley de la gravedad. La regla de la Física de la Búsqueda viene a decir algo así: si tienes el valor de dejar atrás todo lo que te protege y te consuele, lo cual puede ser desde tu casa a viejos rencores, y embarcarte en un viaje en busca de la verdad, ya sea interior o exterior, y si estás dispuesto a que todo lo que te pase en ese viaje te ilumine, y a que todo el que encuentres por el camino te enseñe algo, y si estás preparado, sobre todo, a afrontar y a perdonar algunas de las realidades muy duras de ti mismo, entonces la verdad no te será negada».

Eso es la Odisea del Alma. En lo concreto, se trata de algo que, salvo escasísimas excepciones, consiste en vivir lo que Elizabeth Gilbet vivió: hay que divorciarse, sobre todo de la ciudad en la que uno nació. Hay que ir sin nada, ni siquiera expectativas, hacia lugares nuevos. Hay que escanciar la copa de lo que uno cree ser, para que el vino nuevo de lo que uno realmente es la colme. Hay que saber decir «hola» y «adiós» sin condiciones. Hay que decir «sí», con vehemencia, a todos los caminos que nos va a ofrecer el Sexo, y a todas las aventuras que nos va a ofrecer el Espíritu, en ese periplo. Atragantarse de pasteles, cuando toque, y ayunar diligentemente, cuando lo exija el guión. Por supuesto, este modelo universal de viaje iniciático no excluye excepciones individuales, como adelanté. Pero no es razonable creerse uno tan especial que su camino va a llegar al mismo punto saltándose incómodas etapas del modelo general, a modo de atajo, o que va a deambular hacia el destino con un desarrollo kármico sui generis y a la carta, totalmente personalizado. Más bien es sensato pensar que si uno aún no ha vivido una gran aventura, típica y arquetípica desde el inicio de los tiempos hasta hoy, todo lo que cree saber sobre los hombres, el cosmos y los dioses, y él mismo, es, con una gran probabilidad, un flatus vocis, nada más. Así que todos los que padezcan el genuino prurito y estén dubitativos de cómo comenzar, tienen ante sí un nuevo año, una nueva oportunidad, de ponerse en marcha. Ya saben, con suficiente concreción, cómo.

Técnicamente, estoy hablando desde la intuición extravertida, la Gran Peregrina. El gran núcleo de carácter en el que convergemos gentes como esta escritora y yo. La intuición introvertida es la otra cara de la misma moneda, que dice cosas como «Conócete a tí mismo, y conocerás el universo y los dioses». La hermana extravertida apostilla: «Para conocerte a tí mismo, tienes que viajar por el universo, conocerlo y experimentarlo, allí donde te envíen los dioses». Ambas cosas son perfectamente ciertas, coherentes, complementarias. Es aquello del viaje interior y exterior. En el fondo, son una y la misma cosa. Poner el acento en uno u otro lado es perder el equilibrio y abandonar la peregrinación.

Ahora bien, la autora, promovida por el éxito de su obra, se dedica a dar charlas por el mundo y a escribir ensayos creyendo haber encontrado verdades universales sobre el destino y las estructuras de pareja que son válidas para todos. No lo son. Todo esto es aplicable al genuino buscador. Nada más, y nada menos. Otra vez una mujer con un carácter duende cree que ella es el paradigma de la feminidad, y que lo que ella busca, siente y necesita como mujer es lo que siente y necesita como mujer cualquier otra. Es, de nuevo, el gurú que trata de universalizar la verdad que ha encontrado para sí. Sin caer en la cuenta que, por más que suene solidario y compasivo el mito de la igualdad universal, la realidad es que no somos todos iguales. En un ensayo que escribió el pasado año, como secuela de «Comer…», trata de analizar antropológicamente el significado del matrimonio, y propone una visíón progresista de esta arcaica estructura, a través de la cual uno entiende que ella se ve a sí misma como una mujer eminentemente moderna, que siente que abre camino nuevo en mitad de una revolucionaria modernidad. Y no es así, francamente. Mujeres con exactamente las mismas inquietudes que ella, enfrentadas a dudas similares, y posiblemente empujadas por el destino a las mismas complicadas soluciones, las había seguramente ya entre los australopithecus (claro que en un porcentaje estadístico escasito, como ahora). Eso sí, hablar sobre el apoyo y comprensión, o no, de la sociedad, a lo largo de las eras, ante este tipo de personas, hombres o mujeres, tan «transociales», es otra historia.

 

COMER

Todos los caracteres intuitivos encuentran una via regia hacia lo inconsciente, es decir, el destino, a través de la sensación, su función inferior, su sótano. La cual se encarna en comida, sexo y dinero. Un intuitivo con estrés se vuelve fácilmente compulsivo a través de su libido oral, y/o genital, o derrocha. Es divertida la torpeza con que los intuitivos distinguimos unas sensaciones corporales de otras. Dormimos cuando tenemos hambre, comemos cuando tenemos sueño… Elizabeth no puede dejar de asimilar la comida italiana al sexo, y compara una sabrosa montaña de espaguetis a la carbonara con un pecho de novia enardecida. A mí me dejan el mismo sabor de boca algunos coitos que una buena merienda. No se trata sólo de un fallo, de una inferioridad, caracterológico. Es obvio que la gula y la lujuria son hermanas. Como el agua para el chocolate. La cuestión es que no estamos hablando de otra cosa que el tránsito por la Sombra del intuitivo. El paso por la Sombra es el primer escalón hacia la luz del Ser, y eso es inapelablemente universal, eso sí que nos iguala a todos en el proceso de maduración psicológica. En realidad, las cuestiones fisiológicas, especialmente el sexo, funcionan como sombra incluso en los caracteres sensoriales, pero es en los intuitivos, con su conciencia tan anhelante de abstracción mental y orden emocional, lo opuesto al cuerpo, donde el sexo se oscurece como sombra hasta alcanzar los tintes de némesis frente a lo espiritual más conspicuos. En el buscador, los eternos rivales sexo-espíritu, yin-yang, mantienen la más enconada disputa. Y esto es tan desagradable y doloroso como provechoso, a la larga. Nunca mejor dicho: lo que no mata, engorda.

La autora es bastante apolínea. Su tránsito por la «depravación» de las sombras casi se reduce a hartarse de comer sin contar calorías. A dejar de reprimir su apetito por la vida. A soltar su férreo control consciente, lleno de templanza y mesura gastronómicas.  Pero sólo casi. Ella llega a Italia, su puerta a la sombra personal, después de haberse dado un atracón con un apetitoso joven actor, sensual y sensible, traicionando el duelo por su matrimonio roto (una sombra bastante inocente). En un análisis exhaustivo me detendría en la figura de este joven salido de los claroscuros de Elizabeth. Diría que es un amor bisagra, un gozne sobre el que la vida de Elizabeth va a virar. Un animus se encarna en él, aún indiferenciado, que mezcla en una sola persona lo que tiene que recorrer aún en el camino del espíritu y lo que va a vivir en el camino del sexo. A través de esta relación ella se desliza hacia su gran aventura. Y lo hará saltando desde el delicado falo del puer a la gula y la grosera y flagrante sensualidad romanas. Si ella hubiera sido más dionisíaca, habría caído en la vorágine más bien del carnaval florentino. Más vino, más exceso, menos control, más fuego, más peligro. Y, al mismo tiempo, más magia, más transformación, más espíritu. Se lo va a decir su maestro balinés, casi al final de la travesía: «perder el equilibrio por amor [sexo, drogas, rock&roll, amplío yo], forma parte de una vida equilibrada.»

De todos modos, esta mujer es muy viva, muy lista. A buena entendedora, leve experiencia basta. Y después de un suave roce a la poderosa energía de Babilonia y sus putas gordas, su kundalini se sublima sin problemas hacia chakras más elevados: los que representa la India, con sus vacas flacas.

 

REZAR

Toda la materia prima desatada en la liberación de la sombra busca estructurarse, otorgándole un nuevo sentido a la vida, en el acto de la introspección, de la contemplación, de la inspiración mística. Una forma muy simple de explicar en qué consiste la espiritualidad es entenderla como el acto de reflexión, consciente e inconsciente, a través del cual se nos informa de qué sentido tiene lo que hemos visto suceder, lo que hemos experimentado, al dejarnos llevar por nuestros más profundos instintos (sólo las personas con fuerte inclinacuón religiosa aciertan a liberar sus verdaderos y más salvajes instintos). Es un elevarse para ver el bosque. Es una ascensión desde lo personal a lo universal, desde el micro al macrocosmos. Esa ascensión es la áscesis. Gilbert se crió en una plantación de pinos navideños, donde no había televisión ni equipo de música, y donde todo el juego lo ofrecía la imaginación. Estuvo claro desde siempre que iba a ser una excelente asceta. Es decir, una persona que iba a saber valorar y ponderar el sentido de las cosas desde muy alto. Espontáneamente obediente y sumisa ante su poderoso daimón, su yo superior, su ángel de la guardia, es capaz de doblegarse ante el carisma de un gurú cuando éste lo representa, y de alejarse sin contemplaciones de él cuando su camino individual se lo exige. Es una líder nata. Todo líder lo es cuando obedece realmente, y sólo, a la fuerza sobrenatural, esa que sopla donde quiere. El mayor éxito de un gurú no está en convencer cada día a más personas de que lo sigan a pie juntillas, lo cual desde luego no carece de mérito, sino el adoptar a un discípulo que un día lo va a abandonar para seguir su propia senda y escribir su propio librillo. Ahí puede estar orgulloso de haber ayudado a un hombre a encontrar el auténtico camino hacia Dios.

En un momento reflexiona:

«Después de pasar un año entero explorando las intrépidas e individualistas íes de Italia, India e Indonesia Felipe acaba de sugerirme una nueva teoría viajera:
Australia, América, Bali, Brasil = A, A, B, B.
Como la rima de un poema clásico, como dos pareados».

Eso es espiritualidad, eso es áscesis. Sin pensar en cosas así, no hay ciencia que pueda alcanzar jamás una visión coherente del cosmos. Eso es más delicioso aún que un plato de espaguetis a la carbonara, con una ramita de hierbabuena encima…

 

AMAR

Yo hubiera titulado el libro justo al revés: amar, comer, rezar. Exactamente en ese orden. Porque todos los problemas que tanto le preocupan y le desasosiegan a Elizabeth alrededor del amor tienen la misma raíz: el amor conduce a la sombra, lo mismo que a la luz. Y entender esa paradoja, es un lío mental tremendo. Y vivirla, un lío para el corázón horrendo. El amor es el principio de los caminos, per se, y sólo después se verá en qué vidas, y en qué casos, es también el destino final. Si lo colocas al final de la senda, como trata de hacer ella, te pierdes en un sinsentido una y otra vez.

A través de él acabas en el carnaval, y a través de él tienes vislumbres y recibes mensajes de la más ascética divinidad. Fundamentalmente, es un medio. Es un motor, un impulsor. Un transformador. Un gozne, una bisagra. Quien se enamora de verdad lo hace de una persona, de carne y hueso, y, a la vez de un fantasma, el fantasma de su propio destino. Lo cual es compatible sólo hasta cierto punto y momento. Quien se enamora apasionadamente, viaja a Roma a atracarse de comida. Pero, precisamente, eso querrá lanzarlo a la India poco después, a ayunar y purificarse. El problema que se trae el sexo con el espíritu es que no son precisamente dos elementos ajenos y discordantes, sino una y la misma cosa, en dos estados diferentes, como el agua y el vapor. A más vapor, menos agua, y viceversa. La pregunta del millón: ¿cuál es mi proporción correcta? De momento, sólo decir que eso varía bastante con la edad y el punto que se esté recorriendo del camino. Ninguna respuesta cerrada es válida eternamente. Y, repito, esto que cuento sólo debe interesarle al buscador y la buscadora. Los demás, déjense de viajecitos, ashrams y amantes internacionales, y concéntrense en disfrutar criando bien sus hijos. Los locos buscadores y buscadoras también necesitan para existir de un padre y una madre, preferentemente forjadores de una familia tradicional y estable.

Encontrar ese equilibrio, esa proporción correcta entre comer y rezar, entre la pareja y la soledad, entre lo compartido y la individualidad, una y otra vez a lo largo de mi vida, expuesto en múltiples ejemplos, propios y ajenos, veo que el destino lo trata de convocar subrayando esa complicada solución de compromiso que Felipe el brasileño, el último amante de Elizabeth, le propone:

«Sabes que yo tengo que vivir en Bali, porque tengo mis negocios aquí y porque está muy cerca de Australia, donde viven mis hijos. También tengo que ir a Brasil a menudo para importar las gemas y porque mi familia vive ahí. Y tú tienes que vivir en Estados Unidos, evidentemente, porque es donde tienes tu trabajo y donde tienes la familia y los amigos. Así que he pensado que… podemos intentar montarnos la vida entre Estados Unidos, Australia, Brasil y Bali».

Una pareja llegará a este punto pensando que es la mejor de todas las malas soluciones. Pero me temo que no es así. Que seguramente sea la mejor entre todas las buenas. Desgraciadamente, para, al menos, intentarlo, se necesita que los dos involucrados valoren de un modo semejante la situación. Y es muy normal que la pasión atraiga precisamente a personas en distinto estado de consciencia. Si una buscadora tiene la suerte, o el buen karma, de haberse topado con un buscador, un semejante, con el que la pasión fluya, yo le aconsejo que siga adelante, como Elizabeth y Felipe. Y si se trata más bien de un apuesto gigoló romano, que se apresure a darse el atracón antes de que su avión despegue nuevamente.

Sólo comentar ya que entre Felipe, el brasileño, y el joven actor neoyorquino, el destino quiere exponer la dupla puer-senex. En rigor debo decir que cuando el arquetipo convoca un personaje desdoblado en la trama biográfica normalmente ambos tienden a ser elementos pasajeros, por incompletos. Lo mismo cuando un hombre cae en el vértice de un triángulo con la dupla anima rubia – anima morena. Pero con trabajo, y Dios mediante, hemos de sostener la esperanza de que no existen imposibles, ni destinos implacablemente determinados…

Feliz año nuevo.

Esta entrada fue modificada en 25 mayo 2017 14:13

Raúl Ortega: Soñador e intérprete de sueños. Batería. Melómano del funk y el jazz. Creador y curador de Odisea del Alma. Ensayista. Terapeuta de orientación junguiana. Programador y desarrollador web. Criador de aves exóticas. Devorador de berenjenas y brevas. Bebedor de Ribera del Duero. Paradigmático puer aeternus. Hippie extemporáneo en formación continua.

Ver Comentarios (9)

  • En este año donde el protagonismo recae sobre el "Conejo", donde el numero cuatro condimenta las estaciones y los eclipses solares están de oferta, cae uno en la cuenta que no escogió el espíritu de la época que lo arropo, ni la nariz, el ADN, ni la estatura, ni la inteligencia, ni siquiera escogió a la madre, tampoco el destino ni ser profeta, donde las coordenadas son leídas pues yo no me posiciono. Al fina el llegado a creer que somos instrumentos sin albedrío, simples organismos flautas del viento de la multiplicidad. Ante eso la búsqueda toca a quien le toca, el rezar como el amor a quien se le exprese, y el comer que es imperativo algo tendrán que decir las pupilas gustativas, y el buen gusto. Por que hay quien que cree que puede divorciarse, huir, remontar, salir, ganar, decir hola y adiós por que es su elección, cuando hay quien nace 10 minutos después del 2010 y pierde el cheque bebe, 10 minutos es un destino.

    Pero en una cosa si estoy de acuerdo en lo de conocete a ti mismo y conocerás a los dioses y al universo, por que ante tal creencia disyuntiva de falta de libre albedrío, lo único que queda por hacer es prestar atención a lo que a través de uno se expresa, el tema de la aceptación que esta tan de moda queda relegado a si te toca o no te toca aceptarlo, ni siquiera ello esta en la mano.

    Esta bien que te guste Elizabeth Gilbert, ni siquiera eso lo has podido escoger

    Por todo ello y muchas cosas que me dejo en el tintero, solo deseo que perdáis la esperanza de creer que determináis el destino para reeducar la mirada que antes estaba atrapada en la ultima trampa de Pandora, por que mientras hay esperanza no hay conocimiento de uno mismo, si no la necesidad de conocer lo que no hay en uno mismo, o siendo optimistas mantener lo que se expresa hoy mismo.

    Que mejor individuación que la de ser lo que se es........., no hay mayor merito, aunque no se sepa rezar, amar de grima y se coma lo que se pueda comer.

    Con mis mejores deseos que aparecen en mi tanto como la necesidad de expresarlos...eso tampoco lo escogí..

    Juan Manuel

    • Ya puestos a ser deterministas: tampoco podemos escoger creer en el esfuerzo, en el aprendizaje, en el buen uso de nuestras cualidades, en la inteligencia para elegir bien en medio de las trampas y las pruebas. No puedo elegir dejar de creer en que lo que yo decido hacer y el esfuerzo que pongo en ello sirven para mucho. Estoy determinado a presentir que podría haber elegido otra cosa. A presentir, con susto, que a cada momento puedo equivocarme.

      El destino humano se escribe con la tinta de la consciencia. La consciencia y su capacidad de aprender, de tomar decisiones, de reflexionar, de resolver problemas cada día mejor, de empeñarse o desistir, de cambiar de opinión... Si, rizando el rizo, pensamos que todo eso también está escrito, no cambia nada. Nosotros somos la conciencia, y vivimos en el mundo del ensayo, el error, la elección, junto a la predestinación. Aunque sea una sombra del mundo real, es la ilusión en la que estamos contenidos.

      Lleguemos a un acuerdo entre la predestinación y la libertad. Dicho rápido, el acuerdo sería observar la libertad como una componente necesaria para que se cumpla lo predestinado. A estas alturas me es absurdo creer que cualquiera puede forjarse su dharma o cambiar su karma a golpe de voluntad. Pero es obvio que un capitán, que dispone de un barco dado, y que responde ante un viento que obliga, puede hacer, según cómo maneje los pequeños detalles de la navegación, que la nave encalle, que llegue a su destino antes, o que llegue después. Yo mismo navego mejor que antes, pero no ha sido (sólo) un don concedido por ciencia infusa. Hay muchas horas de esfuerzo de aprendizaje ahí, robadas a la pereza, a la inercia, que siempre son una elección. Navegar mejor significa ir de A a D lo más directo posible, sin despistes en B y C. Pero, claro, no se me ocurre enfilar proa a E, un destino caprichoso. Navegar mejor significa leer mejor el mapa de las estrellas y las olas. Nadie cuyo karma sea diferente va a leer mi arenga a pirarse a Bora Bora y lo va a hacer. Pero puede que alguien que sí esté a punto de caramelo para ello, colme con esa gota su vaso de estímulos e ice velas. En ese caso, mi elección de hablar de esto aquí habrá servido fielmente al cumplimiento de un destino, que se hubiera retrasado un poco más de no haberlo hecho. Y yo seguiré teniendo la sensación de que podría no haber escrito nada de eso, por más que piense en la posibilidad de que esa sensación sea sólo una ficción.

  • La gracia del asunto es que no tienes elección, no podrías haber escogido no creer en el esfuerzo y el aprendizaje, incluso una buena elección es el resultado fantástico de una falta total de libre albedrío, en tanto en cuanto aquí no se discute la forma, que es esquiva, multiplexado y codificada por multitud de variables imposibles de cuantificar. El meollo por si no te has dado cuenta radica en el fondo, en eso que llamamos "Raúl" u "Juan" que se adjudica el buen o mal resultado de su supuesta elección, ya sabes de ello se deriva una cosmovisión de cosmovisiones, un paradigma sostenido por la gran mentira divina. Que seria del Monoteísmo Católico_Cristiano_Islámico y del rabino de turno sin un malo o un bueno o un pecador que echarse a la boca, que tuviera que susurrar en voz baja por pepito Pérez se expreso la maldad o el buen juicio?....., pero no que pepito Pérez sea malo o juicioso.

    Que seria de las elites orgullosas en la inflación intelectual sin sus merecidos esfuerzos e incomodidades, con lo bueno que soy yo y estoico frente a las interminables horas de estudio, pero que yo sepa ninguno de ellos planto el poder interior, la semilla de la fuerza de voluntad, puestos afinar diría que la heredaron...Pero dirán en ultima instancia, !NO...... podía haber escogido vivir la buena vida del puer irresponsable, ser un paria de la tierra...pero el caso es que no lo hizo, por que la respuesta estaba antes de que tomara conciencia de su destino.

    Que seria de los famosos, sean santos u artistas, cantantes o vendedores de sueños, si descubrieran la falsedad de su destino, de ser un instrumento en manos de yo que se......, la pomposidad y la sonrisa al saludar con la manita seria tan triste y vacía........

    Que seria de los internationals Coachings si descubrieran que son Cooachs a pesar de ello, de su libre albedrío, se tendrían que conformar con admitir que son indispensables pues son mensajeros de una técnica psicológica necesaria para activar el condicionamiento de quien es esclavo de su estructura preparada para recibir la información y actuar automáticamente, por que aquí no se discute la necesidad de la enseñanza ni del aprendizaje, si no la nula posibilidad de negarte a lo que esta determinado.

    Que seria de los orgullosos héroes del santo grial si alteraran la causa y el efecto, y se dieran cuenta que para llegar al Grial es necesario vestirse de héroe, y que son vestidos, adornados, guiados y moldeados como la arcilla.

    Ques seria de los buscadores espirituales si de pronto un día se lo tomaran en serio, y dijeran aquello de, bueno a ver majo....Si todo es una unidad como soy de ceporro para pensar que mi libre albedrío esta por encima de un sistema determinado, vamos que soy una célula del sistema limbico y ahora quiero aprender a ser una célula especializada en el tapiz cósmico de una entidad compuesta cono es un ser humano, en el conducto urinario. Y si el ego es una ilusión, como es que no me paro a investigar si eso es real o falso..........No me extraña que el iluminado sonría, y el ser consciente heroico descienda a los infiernos de su inutilidad, buscando desesperadamente una salida, cabron de ego buscaba iluminarse, expandirse, ser ilimitado, feliz y resulta que tiene que desaparecer, pero fíjate que siempre desaparece a pesar de ellos, busca uno solo que sea un iluminado y ninguno se adueñara del final acontecido, simplemente les ocurrió......

    Una vez le preguntaron a Krisnahmurti, !Quillo....te has pasado la vida dando la vara al personal y no ha salido ninguno con la lección aprendida, algunos incluso están peor que antes de conocerte, por que carallo sigues hablando en publico...y el que es mu listo contesto..

    Puede acaso un pájaro dejar de piar.......

    No, no puede, por eso este profeta_vidente_surrealista ha visto que están cayendo muertos miles de mirlos del cielo......., y yo lo siento..lo siento mucho...pero nada puedo hacer........

    Juan Manuel

    • Ya lo dije en mi anterior comentario: no soy libre de no creer en la libertad. No puedo no creer en ella. Y tú, tampoco. Tú mismo seguirás culpándote por tus malas decisiones, sin que ningún rabino de turno te conmine a ello. No tendrás consuelo cuando metas la pata, y hagas daño a otro o a ti mismo a través de un craso error. Si pretendieras escapar de un problema moral relegando la responsabilidad en un destino impuesto y determinado, tus sueños no te dejarían dormir. Los sueños, no tu ego. Otra cosa es que, en efecto, somos muy capaces de equivocarnos atormentándonos por culpas que no lo son, y dejando pasar otras que sí son de nuestra incumbencia.

      ¿Qué sería, qué sería, qué seria..? Qué fácil respuesta: lo que es. Ya todo es como debe ser. Como diría Leibniz: ya vivimos en el mejor de los mundos posibles. Adquieras la visión del mundo que adquieras, te ilumines una y cien veces, seguirá existiendo bien y mal, acierto y error, satisfacción y remordimiento. Mestros que enseñen, discípulos que aprendan. Instinto de perfección. Y un montón de cosas para hacer a través del ego y su responsabilidad sin las cuales la Tierra dejaría de girar alrededor del Sol. Recuerda: "Antes de la Iluminación, barrer y fregar platos. Después de la Iluminación, barrer y fregar platos". Porque siempre existirá el dilema de limpiar o no la suciedad.

      En tu mundo imaginario, imposible, la gente pasaría de quejarse de ser tan torpe y falible a quejarse de ser elegida para ser torpe y fallar. Estaría todo igual de lleno de bien y de mal, y de mejores y peores. En realidad, nuestra forma de entender el mundo incluye la posibilidad de quejarse de ambos modos. Es más completo y verosímil.

      La clave que creo andas buscando es asegurarte de que comprendes bien que existen fuerzas más poderosas que el ego y sus elecciones. Claro que es así, no te preocupes. Pero no cometas el error (sí, error) de una parte de la filosofía oriental, al minimizar hasta la nada el valor de la conciencia, del ego. Si cortas la rama en la que estás sentado no ocurre otra cosa que un batacazo. Obviamente, nadie puede llegar a nada siguiendo enseñanzas que se centren en una cosa así. Son piares absurdos, que de nada sirven, porque parten de una utópica realidad.

      "Pájaro negro que corta por error su rama, cae al asfalto, ipso facto". Yo no me voy a quedar sin hacer nada delante de señales tan interesantes como ésta de los pájaros negros y los peces tambor. Jamás las señales acontecen para quedarse embobado mirándolas. Las señales están para lo que están: como los gps, para ayudarte a elegir la mejor dirección.

      No sobrevaloremos los pasajeros estados iluminatorios, no me canso de decir. Como los grandes sueños u otros enormes eventos vitales, su importancia es radical. Pero no son el Omega de la búsqueda espiritual. Más bien yo diría que son un Alfa. Millones de budistas practicantes de un budismo exotérico han creído que el final del camino es alcanzar la experiencia en la higuera del maestro Buda. Los que trabajamos con el budismo esotérico sabemos que después de eso hay un momento tanto o más importante: "¿me quedo aquí o regreso a enseñar y ayudar a los demás?". Amigo... Se nos olvida el trecho que viene después...

  • Como sé que toda esta polémica sobre libertad y determinismo viene del párrafo con el que acabé la noticia, a saber:

    "Pero con trabajo, y Dios mediante, hemos de sostener la esperanza de que no existen imposibles, ni destinos implacablemente determinados…"

    voy a redefinir lo que he querido en propiedad decir ahí. Para nada me estaba refiriendo a abolir a golpe de voluntad egoica el destino prefijado. Lo que trataba de expresar es que NO CONOCEMOS JAMÁS A CIENCIA CIERTA LA ÚLTIMA VOLUNTAD DE LOS DIOSES, así que nunca podemos estar plenamente seguros de que después de tirar cien piedras a un lago, la ciento y una tampoco flote... Por supuesto, no debemos hacer una apuesta vital seria hacia una posibilidad que es más bien una excepción que confirma una regla. Pero no está de más, si no requiere demasiado dispendio y esfuerzo, el hacer una prueba, un test, un experimento. Por si acaso...

  • Bien esta lo que no se sabe como acaba simplemente por que termina, y espero algún día cerrar este agujero negro que es el libre albedrío. Lo curioso es que ayer a la noche en medio de mis obsesiones aparque el trasero frente a la "Segunda" pues dan creo que se llama un programa de cine"Versión Española" una película que me hizo pasar un rato de lo mas interesante, "Fuera del cuerpo",... muy recomendable, en ella el prota sale de la realidad para acabar en otra realidad donde averigua que su vida la de cada día no solo carecía de libre albedrío, era el desarrollo de un guión escrito por un directos de cine, total que su preocupación era acabar con los múltiples problemas que tenia que enfrentar y discurre que lo mejor seria convencer al guionista de cambiar el final de la historia para salir mas bien parado.

    Mis obsesiones se enlazan sincrónicamente contigo a la par de un película que toca de lleno el tema, por tanto como puedo tener libre albedrío si yo mismo soy mis circunstancias que se escampan mas allá de mi mismo...., en fin,... eso si,... es de todo menos aburrido este vivir toda ciencia trascendiendo, y si somos instrumentos títeres con complejo de niño Inteligencia Artificial siempre nos queda ser testigos del misterio y sonreír en posición de loto con una birrita frente al peliculón de la semana...

    Un abrazo como siempre, y os dejo un petit trailer del acontecimiento...., y mañana me dedicare de lleno a los mirlos, a los pájaros muertos, hoy una nueva bandada a caído esta vez en suecia..., tendrá algo que ver el Wikileaks en todo esto?....

    http://www.youtube.com/watch?v=SjvDTZUt-u0

    Que el misterio te acompañe señor Raúl

    Juan Manuel

    • Cayó la peli como cae el 6996. La intromisión desde el mundo platónico nunca se hace esperar. Niño en el bautizo, novio en la boda, contertulio en cualquier importante discusión. Ahí está al pie del cañón, cuando la carne de tal es magra. A eso me refería. No está de más intentar cambiar el guión. Pero hay tópicos y lugares comunes que son sólidos como las matemáticas: si no se pierde todo, no se gana nada. El aviso queda claro. Ahora bien: ese guión gira sobre sí mismo, como el del Día de la marmota: de una jamona va a otra, y vuelta a empezar. Queda en el aire si logrará culminar con la segunda, o no. Lo cual es de por sí muy interesante, aunque no lo parezca.

  • El día de la marmota.

    En el caso que nos ocupa el objeto de mis amores es el "El libre albedrío", pero cuidado esto no es mas que el pasadizo que permite transitar o mejor conectar con otra forma de entender el mundo que trasciende el clásico método, a saber el del ser consciente que usa la cognición ordinaria sobre la percepción, esta forma cognitiva tiene como foco la soledad/egoica frente a la vida, mecánica y bastante frustrante.

    Es como cruzar un puente donde la vida cobra por fin sentido, conectividad, posiblemente se pierde el libre albedrío de la individualidad pero ganas integración, es como estar enamorado. Es una forma de interpretar la película el día de la marmota, la repetición de revivir constantemente los mismos sucesos se traslada en este caso al concepto filosófico "Libre albedrío", pues constantemente a lo largo de los años uno va revisando. Temas como el amor, la libertad, el libre albedrío, la muerte, el karma, la vida después de la muerte, modelos filosóficos,.......repites y repites, mientras te conectas y desconectas, vuelta empezar, adquiriendo profundidad y sentido sobre esos temas, que en la peli se traduce como el Bill Murray adquiriendo destreza tocando el piano, o realizando esculturas de hielo. En una rueda que trata de conquistar a la anima Mac Dowell, siendo ella la que te ayuda a cruzar el puente, hasta que por fin un día con un poco de potra integras al anima y percibes a través de ella, fin de la película.

    Juan Manuel

    • ... Y en esa forma de apreciar el proceso están incluidos equilibradamente el potaje determinista y la pringá de libre albedrío. Bill Murray queda atrapado en el brutal determinismo del karma duro, y a través de la determinada compulsión hacia su dharma, y las mil pruebas, elecciones, ensayos y errores capaces de abordar desde su estrecha pero efectiva libertad, se resuelve el nudo gordiano de la película. Obviamente, si años más tarde quedara atrapado, por ejemplo, en el Día del castor, seguro que en vez de acertar al mil y un intentos lo haría al ciento y uno nada más. Tal cual es la vida "real", a este lado de la pantalla también: todos los seres acabaremos convertidos en Buda, pero es prerrogativa del ego acelerar ese proceso a ver si, con suerte, eso se da en esta reencarnación o en la siguiente, a más tardar.

      Ya, ya lo sé: es el cuento de la buena pipa. Porque después de decir eso, se puede apostillar: ¿y quién puede escoger para sí un ego que tenga una buena aceleración de 0 a 100? La paradoja del héroe: es el ego más rápido, más eficaz, más laborioso, más concentrado, el que mejor elige. Y cuando llega al Santo Grial, descubre que desde cientos de años atrás su nombre estaba escrito en la copa. Predeterminado.