Cien años de psicoterapia y el mundo va peor

La última mini conversación con los comentaristas del blog me anima a traer a colación algunas de mis reflexiones favoritas de James Hillman. Juan Manuel decía aquí:

[…] Cuando tu Raúl enfrentas un desafió con un paciente ¿no haces eso precisamente, pequeños actos frente a un problema global objetivado en un Ser Humano? […]

Y Hillman y Ventura responden:

Extractos desde:

Hemos tenido cien años de psicoterapia y el mundo va peor
(Conversación entre James Hillman y Michael Ventura)

Traducido por: Enrique Eskenazi. Publicado originalmente aquí.

James Hillman (JH): Hemos tenido cien años de análisis, y la gente se vuelve más y más sensitiva, y el mundo va yendo peor y peor. Tal vez sea tiempo de considerar eso. Aún ubicamos la psique dentro de la piel. Uno va adentro para ubicar la psique, uno examina sus sentimientos y sus sueños, que le pertenecen. O se trata de sus inter relaciones, inter psique, entre su psique y la mía. Esto se ha extendido un poco más en sistemas familiares y grupos de oficina -pero la psique, el alma, aún está adentro y entre la gente. Trabajamos continuamente nuestras relaciones, y nuestros sentimientos y nuestras reflexiones, pero mire lo que queda fuera de ello.

Hillman hace un amplio gesto que incluye el tanque de aceite en el horizonte, los graffiti de pandillas sobre un cartel del parque, y la mendiga gorda de tobillos hinchados y piel marcada, que duerme sobre el césped unos metros más lejos.

Lo que queda fuera es un mundo que se deteriora. De modo que ¿por qué la terapia no ha advertido esto? Porque la psicoterapia sólo trabaja en esa alma «de adentro». Al quitar el alma del mundo y no reconocer que el alma también está en el mundo, la psicoterapia ya no puede hacer más su trabajo. Los edificios están enfermos, las instituciones están enfermas, el sistema bancario está enfermo, la escuelas, las calles – la enfermedad está ahí afuera.

¿Sabe Ud.? el alma siempre está siendo re descubierta mediante la patología. En el siglo diecinueve la gente no hablaba sobre la psique, hasta que Freud vino y descubrió la psicopatología. Ahora comenzamos a decir: «El mobiliario contiene una sustancia que nos envenena, el microondas emite rayos peligrosos». El mundo se ha vuelto tóxico.

Ambos hombres, contemplando el reflejo del sol en el mar, parecen pensar lo mismo.

Michael Ventura (MV): Ese mar allí fuera está enfermo. No podemos comer el pescado.

JH: El mundo se ha llenado de síntomas. ¿No es ese el comienzo del reconocimiento de lo que solía llamarse animismo?
El mundo está vivo -por Dios! Está teniendo efectos sobre nosotros. «Tengo que deshacerme de esas latas con fluorcarbono», «Tengo que deshacerme del mobiliario porque contiene formaldehido», «Tengo que tener ojo con esto y aquello y eso»- De modo que hay patología en el mundo, y a través de ella estamos comenzando a tratar al mundo con más respeto.

MV: Como si al negar el espíritu de las cosas, ese espíritu ofendido regresa en forma de amenaza. Al negar el alma en las cosas, habiendo dicho con Descartes a las cosas: «No tenéis almas», las cosas se han vuelto y han dicho: «Sólo mira que tipo de alma tengo, gilipollas».

JH: «Tan solo observa lo que puedo hacerte, hombre! Vas a tener esa fea lámpara en tu cuarto, esa lámpara va a hacerte sufrir cada día que la mires. Va a producir luz fluorescente, y va a volverte loco lentamente mientras estás sentado en tu oficina. Y luego tendrás que ir al psicoterapeuta, y vas a tratar de trabajarlo en tus relaciones, pero no sabes que yo soy realmente quien te tiene cogido. Es ese tubo fluorescente todo el día sobre tu cabeza, enfocando directamente sobre tu calavera como un agente de la KGB, iluminándote, directamente encima tuyo: sin sombra, implacable, cruel!»

MV: Y sin embargo sentimos ésto en todo lo que hacemos y decimos ahora, todos nosotros, pero estamos atrapados en un doble lazo: por una lado esto es «progreso», un valor que se nos ha inculcado- y si Ud. cree que no ha arraigado en Ud., viaje hasta México y compruebe si incluso los norteamericanos pobres querrían vivir del modo en que la mayoría de esa gente tiene que vivir (la vida del norteamericano pobre ya les parece rica, y por ello continúan viniendo a América); pero por el otro lado, sabemos que las cosas de nuestras vidas son cada vez más nocivas, pero no tenemos Una Idea acerca de qué hacer. Nuestro sentido de la política se ha atrofiado en ese tipo de sin sentido que tiene lugar durante las elecciones presidenciales.

JH: Hay un bajón del sentido político. No hay sensibilidad a las situaciones reales. ¿Por qué la gente inteligente -al menos dentro de la clase media blanca- es tan pasiva ahora? Porqué? Porque la gente inteligente y sensible está en terapia! En los Estados Unidos han estado en terapia durante treinta, cuarenta años, y durante ese tiempo ha habido un tremendo bajón político en este país.

MV: ¿Como cree que funciona eso?

JH: Cada vez que intentamos tratar con nuestro enfado en la autopistas, nuestra miseria en la oficina en medio de la iluminación y el mobiliario basura, el crimen en las calles o lo que fuera – cada vez que intentamos tratar con ello yendo a terapia con nuestra rabia y nuestro miedo, se está privando al mundo político de algo. Y la terapia, en su modo alocado, al acentuar el alma interior e ignorar el alma exterior, apoya la decadencia del mundo actual. Y sin embargo la terapia continúa creyendo ciegamente que está curando al mundo exterior al hacer mejor a la gente. Hemos sostenido eso por años y años y años: «Si todo el mundo fuera a terapia tendríamos mejores edificios, mejor gente, más conciencia». No es el caso.

MV: No estoy seguro de que sea casual, pero definitivamente hay ahí un modelo. Nuestro conocimiento interno se ha vuelto más sutil, en tanto que nuestra capacidad de tratar con el mundo que nos rodea se ha…, bueno, deteriorado no es una palabra lo suficientemente fuerte. Más adecuada sería desintegrado.

JH: Hoy la moda en psicoterapia es el «niño interno». Esa es la cuestión terapéutica -uno retrocede a su niñez. Pero si uno mira hacia atrás, entonces no mira alrededor. Este viaje hacia atrás constela lo que Jung llamó el «arquetipo del niño». Ahora bien, el arquetipo del niño es por naturaleza apolítico y desposeído -no tiene conexión con el mundo político. Y entonces el adulto dice: «Bueno, qué puedo hacer acerca del mundo? Eso es más grande que yo». Ese es el arquetipo del niño que habla. «Lo único que puedo hacer es entrar en mí mismo, trabajar en mi crecimiento, mi desarrollo, encontrar buenos grupos de apoyo, contenedores». Esto es un desastre para nuestro mundo político, para nuestra democracia. La democracia depende de ciudadanos intensamente activos, no de niños.

Al enfatizar el arquetipo del niño, al hacer de las horas de terapia rituales para evocar la niñez y reconstruir la niñez, estamos bloquéandonos para la vida política. Veinte o treinta años de terapia han llevado a la gente más sensible y más inteligente, y a alguna de la gente más influyente de nuestra sociedad, a la veneración del culto al niño. Continúa insidiosamente, a través de la terapia, a lo largo del país. De modo que lógicamente nuestros políticos están confusos y nadie vota -estamos volviéndonos impotentes mediante la terapia.

MV: El supuesto en que la gente está operando es que el crecimiento interior se traduce en poder mundano, y muchos no se dan cuenta de que van a la terapia con ese supuesto.

JH: Si el crecimiento personal llevara al mundo, ¿no sería hoy diferente nuestra situación política, tomando en cuenta toda la gente especialmente inteligente que ha estado en terapia? Lo que se aprende en terapia son principalmente habilidades para sentir, cómo recordar realmente, cómo dejar ir la fantasía, cómo hallar palabras para cosas invisibles, cómo ir a lo profundo y encarar cosas.

MV: Buen material para conocer.

JH: Sí, pero no se aprenden habilidades políticas o se descubre nada acerca del modo en que opera el mundo. El crecimiento personal no conduce automáticamente a resultados políticos. Consideremos la Europa del Este y la Unión Soviética. El psicoanálisis fue prohibido durante décadas, y mire los cambios políticos que han ocurrido y sorprendido a todo el mundo. Sus revoluciones no han sido resultado de la terapia…

MV: Así, Ud. hace un tipo de oposición entre poder, poder político o inteligencia política, e inteligencia terapéutica. Muchos que son terapéuticamente sensibles son también torpes y fracasados políticamente; y si considera la gente que tiene el poder en casi cualquier esfera de la vida, son a menudo gente cuyo crecimiento interior está severamente estancado.

JH: ¿Cree Ud. que la gente emprende la terapia para crecer?

MV: ¿No es el crecimiento una gran parte del proyecto de la terapia? Todo el mundo usa la palabra, tanto los terapeutas como los pacientes.

JH: Pero la misma palabra «crecer» es una palabra adecuada para niños. Después de cierta edad, uno ya no crece. Ya no te salen dientes, ya no se forman músculos. Si uno comienza a crecer después de esa edad, se trata de cáncer.

[…] Continuar leyendo este artículo aquí.

 

Reflexiones de James Hillman

(Citas tomadas de diversas obras y conferencias, por E. Eskenazi)

Publicado originalmente en: Blog de Astrología psicológica de Lluís Gilbert

Mi práctica me dice que ya no puedo distinguir claramente entre neurosis de uno mismo y neurosis del mundo, psicopatología de uno y psicopatología del mundo. Además, me dice que ubicar la neurosis y la psicopatología solamente en la realidad personal es una represión engañosa de lo que de hecho, realistamente, se está experimentando.

El psicoanálisis tiene que salir de la consulta y analizar todo tipo de cosas. Tienes que ver que los edificios son anoréxicos, tienes que ver que el lenguaje es esquizofrénico, que la “normalidad” es maniaca y que la medicina y los negocios son paranoicos.

En estos días el horizonte de la psique se reduce a lo personal, y la nueva psicología del humanismo nutre a ese hombrecillo pagado de sí mismo al borde del gran mar, volviéndose sobre sí mismo para preguntarse cómo se siente hoy, llenando su cuestionario, contando su inventario personal. Ha abandonado el Intelecto y ha interpretado su imaginación a fin de ponerse de acuerdo con sus “experiencias viscerales” y “problemas emocionales”; ha igualado su alma a éstos. Su fantasía de redención se ha encogido a “modos de hacerse cargo”; su porfiada patología, esa vía regia a las profundidades del alma es conjurada en gritos Janovianos como el cerdo ante las margaritas, analizada en una cerrada Gestalt de intimidad personal, o arrojada a un abismo de regresiones durante la escalada de picos Maslovianos.

Si nuestra civilización sufre de hybris (desmesura), de inflación del ego y de superbia, la psicología ha contribuido lo suyo. Ha estado buscando el alma en el espejo del ego, sin ver jamás la psique, viendo siempre al hombre. Y este hombre ha sido el hombre Reformista monoteísta, enemigo de las imágenes.

“Bueno, ¿qué puedo hacer respecto al mundo? Esto es más grande que yo”. Ese es el arquetipo del niño hablando. “Todo lo que puedo hacer es meterme en mí mismo, trabajar en mi crecimiento, mi desarrollo, encontrar buena crianza, grupos de apoyo”. Esto es un desastre para nuestro mundo político, para nuestra democracia. La democracia depende de ciudadanos intensamente activos, no de niños.

Si la terapia se imagina que su tarea es ayudar a la gente a soportar (y no protestar), a adaptarse (y no rebelarse), a normalizar su rareza y aceptarse a sí mismo “y trabajar dentro de su situación; hacer que funcione para uno” (en lugar de rechazar lo inaceptable), entonces la terapia está colaborando con lo que quiere el estado: gentes dóciles. Soportar es sencillamente lo mismo que la complicidad.

Esta entrada fue modificada en 25 mayo 2017 13:35

Raúl Ortega: Soñador e intérprete de sueños. Batería. Melómano del funk y el jazz. Creador y curador de Odisea del Alma. Ensayista. Terapeuta de orientación junguiana. Programador y desarrollador web. Criador de aves exóticas. Devorador de berenjenas y brevas. Bebedor de Ribera del Duero. Paradigmático puer aeternus. Hippie extemporáneo en formación continua.

Ver Comentarios (5)

  • Aciertan de pleno cuando hablan del robo del Alma en el mundo. Aunque no he entendido bien lo de que la Psicoterapia solo se ocupa del mundo de adentro a modo de reproche, al fin y al cabo la "Razón" es poner orden no mediante el lenguaje si no al lenguaje, luego a la hora de la verdad el Ser Humano que ha ordenado al lenguaje se encuentra con el mundo de las pulsiones a las que no sabe hacer frente, y ellas acaban gobernando a las personas, la naturaleza y las cosas desposeyéndola de "Alma", por que la satisfacción de la pulsion las usa como un medio para tal fin, cuando en realidad todos incluido una cosa es un fin en si mismo.

    Ahora bien yo soy un ignorante supino y desconozco como devolver el Alma al mundo que es lo que da pleno sentido al individuo.

    Uno por si mismo puede escoger una mirada de instante a instante y poner su atención en la poética y estética, o desarrollar una visión onírica/mítica del mundo, también lanzarse bajo un paraguas religioso con sus dogmas, deberes eclesiales, o volverse uno un revolucionario como un ideal para devolver el valor del Alma a las cosas....... Lo que esta claro que tanto los sumidos en el pensamiento mágico como los esotéricos que ven un lenguaje en un objeto, en el comportamiento de la naturaleza y actos humanos, aunque sea por precaución le han antepuesto por simpatía Alma a las cosas y a los acontecimientos del mundo..., ese es un poco el camino, que a la postre marcan esos pequeños actos que nos mueven..no?, trascendiendo la pulsion, que no el instinto que es otra cosa.

    • Sístole y diástole, Juanmi. Lo bajo se apoya en lo alto, lo interior en lo exterior, etc. La misión divina es retirarse a un bosque, y también, eventualmente, empuñar un fusil. El sabio se retira, y lo vienen a importunar los discípulos. Sale por discípulos, y se queda solo. Jung el ermitaño, Jung el popular, rico y reconocido. Ramana Maharsi, en Arunachala. Ramana, más influyente y famoso que Madonna. Los dos estamos de acuerdo en que hay niveles de sacralidad, y niveles de "profanidad". Pero nada le es ajeno a lo divino. Ni siquiera la frivolidad. Todo, hasta lo más feo, si está escrito, escrito está. Otra cosa es que uno se lo invente.

      Muchos espiritualistas modernos se empeñan en relegar el fenómeno religioso a lo íntimo, lo privado. Mal. La religión o interviene en la política o pierde un enorme sector de su razón de ser. El mito está aquí dentro, y está ahí afuera. La terapia, como es un hecho religioso también, ya se está cansando de permanecer en lo privado. En efecto: no es mi alma lo que está en juego. Es el Alma del Mundo a la vez.

  • Bueno..., pues que salga todo el mundo al ruedo, la religión, la terapia y la madre del tano. Pero esta maravillosa trinidad le ha de mover una premisa "Integradora", dicese que el sentido de la vida ha de abarcar todo lo que en ella se encuentra, incluidos los lagartos. Para que esto se haga realidad no toda religión vale, ni terapia ni madre aunque sea del Tano, por eso estamos como estamos...., pues encontramos religiones que culpan al demonio con terapias para normalizar ovejas, en fin la sombra que no descansa o serán los lagartos endemoniados?..

    Esto merece un You Tube

    http://www.youtube.com/watch?v=sSRJvq4Wd48&feature=list_related&playnext=1&list=MLGxdCwVVULXd1E_LTW3SSm7k7vi6dUDdD

    • Un YouTubular Bells. Con el ajetreo que hay no le da tiempo a descansar a nadie ya. Ni a la sombra, ni a la acera del sol, ni al Tano ni a la madre. No te pierdas V que salen unas lagartijas la mar de curiosas. Si te queda tiempo para ver la tele, claro.