En El Apocalipsis de San Juan se rastrean ecos en los tiempos actuales de los signos que barajó el profeta de Padmos, y en Lo que vio Nostradamus se hace lo propio con las cuartetas del célebre vidente francés. Dos temas a estas alturas muy manidos. Se echa en falta más sagacidad en la exégesis del texto neotestamentario, por un lado, y por otro hay que decir que desde hace rato sobra seguir buscando referencias en unas cuartetas que están exprimidas por demás y hace mucho que no dan más de sí. La hora más oscura, sin embargo, incide en un conjunto de reflexiones, en nuestra opinión, por completo consecuentes. Falta profundidad, de nuevo sagacidad, sobran imprecisiones, pero, al menos, está esbozado el básico planteamiento.
Esta entrada fue modificada en 6 julio 2018 16:15