Spanish Revolution

Sólo unas breves notas a razón de los no poco interesantes acontecimientos acaecidos en mi país alrededor de las actuales elecciones municipales/autonómicas.

Los jóvenes convocados en las plazas de tantas ciudades importantes estos días reivindican que se trata de un movimiento que nace del pueblo, para el pueblo, regocijándose en el concepto de esa pretendida entidad unificada, con personalidad e identidad propias, «el pueblo», sobre la que se han construido tantos y tantos eslóganes desde la Ilustración hasta ahora. Gustan presentarse, por tanto, «descabezados», sin líderes punteros. Una pura masa inteligente y actuante. El ideal de la democracia: pueblo no es una gaseosa abstracción que mal reúne dentro de sí un avispero de posturas segregadas, miles de colores dispersos y posiciones en enconado enfrentamiento hacia multitud de direcciones, sino un ente con una sola personalidad, que, además, per se, es inteligente y virtuoso. Con un destino y sentido claros. Por supuesto, esto es falso. Siempre y también en este caso. No hay grupo, por pequeño que sea, que logre ponerse mínimamente de acuerdo si no es en torno a un líder, que catalice hacia la convergencia deseos, inteligencias y voluntades. Mucho se habla estos días de los cabecillas detrás de estas revueltas, tirando de los hilos desde las plazas a los convocantes inmediatos. Pero si seguimos los hilos principales, estos nos llevan hacia un solo cerebro, que vive en Francia (como al espíritu de nuestra época tanto le viene gustando, desde Descartes): Stéphane Hessel. De ascendencia alemana, no le falta entonces nada para tener todos los atributos esenciales de un pensamiento contemporáneo influyente. Es un auténtico rey, un auténtico líder. Su libro/panfleto, «¡Indignaos!«, es la mecha que ha inspirado a millones de almas en su país y que ha encendido a miles en España.

Considero de alto interés analizar este proceso para entender de modo muy gráfico y directo cómo funciona la psicología de masas, cómo influye el filósofo en su sociedad, cómo funciona la política, el poder y la democracia. Y cómo se dan, por tanto, los tránsitos históricos. España, Zapatero lo dijo bien, es «un excelente lugar ahora mismo para experimentos sociológicos».

De los impulsos primarios todos somos cómplices. Por sexo, dinero, poder, nos movilizamos todos. Por pan y circo, nos hacemos fácilmente camaradas unos de otros. Basta que la gente encuentre un referente en un pensador que le resulte inteligente y que prometa pan y circo para todos, y ya está armada la revolución. No hace falta pensar mucho. Sólo que parezca que el líder ha pensado lo suficiente. Lo más importante, por supuesto, es la promesa del «yo os proveeré, hijos míos» que el líder, o su ideología, hace a todos los correligionarios. La utopía banal, primaria, basada en las satisfacciones instintivas  (triste reflejo de los paraísos míticos), elegantemente argumentada, rápidamente se carga en muchos de anhelos más poéticos e idealistas. Rapidamente empiezan las proyecciones espirituales. El hambre, el arte y el amor forman una bola indiferenciada. Y aparecen los bellos eslóganes. Y cantan a coro el que busca trabajo y el que busca sus sueños, perdido en una vida que, aún con pan y circo, le resulta ya vana. En las plazas españolas a todos los amalgama un común: la crisis económica. Pero sobre eso, y al lado de eso, se sobreponen anhelos muy diferentes. La pérdida del sentido vital, y su búsqueda desesperada, en sus tornasoladas variantes individuales, bien se palpa. Pero envueltos en la masa es muy difícil diferenciarse unos de otros. Diferenciar unos deseos de otros.

Por otro lado, es sello de nuestro tiempo el exceso de información, la sobredosis de ideologías y argumentaciones, que se enfrentan unas a otras, la verdad fatalmente relativizada. La crisis económica amalgama a todos los indignados, pero es muy difícil en este punto de la Historia convocar una masa realmente homogénea que crea a pie juntillas en las mismas explicaciones y soluciones. Los mitos del sentido tienen hoy trabajo extra a la hora de convencer a la gente, y el héroe unificador tiene su tarea más complicada que nunca. Stéphane Hessel ha logrado movilizar a muchos bajo la égida de la común indignación, pero cuando se le pregunta a cada convocado por separado qué es lo que real y concretamente pide, ni mucho menos todos responden con las mismas consignas que el francés. En otro tiempo los héroes conseguían unificar más las voces de sus seguidores, que a la vez se extendían en masas más numerosas. Hoy se sabe menos que nunca hacia dónde va todo esto. Al mundo me refiero.

Si lo que une se impone a lo que separa, si el ímpetu gana a las dudas, si la psicología de masas hace su efecto, el ambiente se carga de esa mezcla de instintividad e idealismo tan poderosa que todo se vuelve tan mágico que ni siquiera la sangre lo empaña. Todo se impregna de religiosidad mal disimulada. El sacrificio humano ronda. La guillotina aguarda.

Puro espíritu de nuestra época.

Los Illuminati

Así es: un sólo hombre se convierte en héroe, (se) crea una secta, y (se) cambia la Historia. Un Illuminatus. Sus seguidores internalizan tanto el mensaje que lo sienten suyo. Hablan del poder del pueblo, de la gente, y se olvidan rápido de que todo es una estructura piramidal perfectamente organizada. Es un arquetipo eterno.

Es así, y bien que así sea. Lo que no está bien es que el héroe sea un mediocre. Que sus argumentos sean falaces. Malas copias de brillantes ideas e imágenes primigenias sobre el orden del mundo y el sentido de la vida. Es muy peligroso. La libido puede tomar tantas formas que la gente puede amar y matar cualquier cosa.

El rey y la democracia

Unos rápidos apuntes políticos, a modo de flashes: 

La monarquía se convierte en democracia y, algo más allá, en masa unificada comunista, exactamente como reflejo social de lo que sucede en el espíritu en el tránsito del Mito al Logos. Los reyes pierden la cabeza cuando los dioses mueren. Los antiguos construían pirámides porque para ellos el cosmos irradia desde un punto álgido, una fuerza creadora, hacia la extensa creación, porque la sociedad se congrega alrededor de un rey, y porque cada individuo congrega sus yoes alrededor del Self. Sin embargo, en el tránsito del Mito al Logos la pirámide se trunca. El poder, el valor, recae hacia las bases. El pueblo. El hombre. Pero el arquetipo piramidal se resiste. Por eso el socialismo, queriendo imponer una homogénea y plana comunidad, acaba convirtiéndose de nuevo en un totalitarismo faraónico, tan lleno de idolatría como la que sostenía el griego por sus héroes y dioses olímpicos. Por eso la democracia acaba reconduciendo a la partitocracia. En los monopolios partidistas, el horror ante el que se indignan todos los del 15M, se esconde sin embargo una potencia arquetípica contra la que no es razonable oponerse en demasía: el anhelo de retornar al Uno. La reconstrucción de la pirámide mítica original. Las democracias acaban convertidas todas en un bipartidismo porque es la escisión menor que puede darse, el 2, en la tendencia de regreso al 1. Detrás de la sombra horrorosa de ese hambre de poder de los partidos en su desbocado camino hacia el control de todo, late sin embargo la necesidad esencial de toda sociedad de unificarse lo más posible. La diversificación, la pluralización de la sociedad, detrás de su aparentemente solidaria, tolerante y empática fachada esconde justamente lo contrario: una desintegración que demuestra que la gente no está para nada de acuerdo una con otra. Que la gente no quiere convivir. Porque cada grupo entiende la vida de una forma diferente.

Frente a una sociedad así, un gobierno, queriendo satisfacer a todos, no satisface a nadie. Como todo político sabe, sin la connivencia de una ingente masa de ciudadanos, no se puede gobernar.

Donde hay que colocar el acento de la verdadera pluralidad y autodeterminación es en el individuo. No en el parlamento. El auténtico pulso de poder es entre individuo y sociedad, entre individuo y Estado. Nadie representará mejor tus intereses que tú mismo. Nadie hará por ti nada mejor de lo que lo harías tú. Lo que necesitamos es que nos dejen ser nosotros mismos.

Buscar desesperadamente el consenso, lo común, en nuestras dominantes sociales, unificarnos lo máximo posible, es la clave de la Igualdad y la Fraternidad. Que se nos permita ser nosotros mismos, con las mínimas cortapisas, en todo lo que somos que en nada nos asemeja al vecino, la clave de la Libertad.

El sistema democrático que deberíamos buscar es uno en el que la pirámide y la anarquía se amen, a pesar de que se odien, en su máxima intensidad.

Y a todos esos idiotas peligrosos que llevan siglos tratando de convencernos de que algo o alguien nos devolverá al regalado paraíso original a base de recitar derechos humanos, y de decretar leyes, y más y más leyes, todas esas que la justicia de la vida se acaba pasando por su bello arco del triunfo, decirles primero que no hay regalo más grande que la oportunidad de vivir en toda su intensidad la gran aventura del propio destino, asumiendo toda la responsabilidad. Y, luego, que les corten la cabeza…

Esta entrada fue modificada en 24 mayo 2017 14:47

Raúl Ortega: Soñador e intérprete de sueños. Batería. Melómano del funk y el jazz. Creador y curador de Odisea del Alma. Ensayista. Terapeuta de orientación junguiana. Programador y desarrollador web. Criador de aves exóticas. Devorador de berenjenas y brevas. Bebedor de Ribera del Duero. Paradigmático puer aeternus. Hippie extemporáneo en formación continua.

Ver Comentarios (5)

  • Claro que si, y desde el punto de vista de un introvertido INFJ, aun joven y desconocedor de la verdadera dimension de su alma personal y colectiva, bastante profano en el lenguaje junguiano tambien, pero que por naturaleza, desde mi sentir particularmente, puedo discernir entre el valor de lo personal frente al de lo colectivo, y notar a la extravertida pero aun demasiado gregaria sociedad que aun no se entera. Esto se presenta como rabiosamente cierto. Los introvertidos no nos dejamos arrastrar facilmente hacia prejuicios colectivos, aun asi somos (seguimos siendo) vistos como seres raros e inadaptados. Sencillamente seguiremos encontrando estas piedras en el camino hasta que el colectivo no comprenda el valor del individuo, como tu bien dices. Y pase de ser gregario a ser Ser. Aqui, la palabra RESPONSABILIDAD es la clave, pero primero hay que despertarlos. Señoras y señores, despierten por favor, sera solo asi al parecer, que solo podremos atender la propia necesidad, sea politica, economica, relacional, parental...Dejen a sus hijos ser ellos mismos, porque solo asi creceran confiados y fuertes. Aprendan el verdadero camino hacia el Amor, y enseñenlo a otros. Pertenecemos a la Naturaleza, y no de la otra forma. Dejen asi de querer dominar a otros/as, al poder politico solo deberian llegar personas que estan preparadas para sostener ese poder en sus manos sin dejarse llevar por el hacia fines personales. Eso es solo posible cuando se ha hecho un camino hacia el Self y descubierto la dimension de la RESPONSABILIDAD propia. Con Esperanza, un abrazo a todos/as.

  • Muy bien todo, pero sea cual sea el origen de este movimiento, ha trascendido al mismo, y la queja no procede de unos "hilos" extraños o líderes agitadores. la queja es REAL. Me gustaría preguntarle al autor del texto si el tiene trabajo y una perspectiva de futuro. Es evidente que sí.

    La corrupción y el mal mundial no es ya algo sobre lo que teorizar. Es absolutamente Real.

    • Claro que la corrupción y el mal mundial son reales. Lo que queda por debatir es si son reales todas las soluciones exigidas.
      Por otra parte, ayer hice algunas fotos en una plaza, al hilo de lo que comento en esta entrada:

      Esa demanda sí que es bien real (aunque lo de simple burda mentira). Pero el Estado no puede darte algo así. Me atrevo a decir: más bien yendo contra el Estado, o, dicho más pacifícamente, al margen de él, hay alguna oportunidad. Algo sabe el publicista de Ikea de eso ¿lo pillas?

      PD No he tenido nunca ninguna perspectiva de futuro laboral. Y eso me ha hecho inmensamente pobre... y feliz.

      • Es curioso que expreses que nos ha sido influido por la mente universal a la hora de impregnarte del consabido futuro laboral. Deberías de estar sintonizando otra emisora, respondiendo a otras vibraciones, en algunos casos mas altas, en otras mas bajas. Somos meros receptores, unos respondiendo a modulaciones en frecuencia, otros en amplitud, depende lo zoquete que sea uno y la capacidad de banda ancha.

        Es precisamente esta uniformidad grupal de colocar los llamados nuestros pensamientos y deseos, objetivos y metas en el circulo polar de la política, religión o movimiento social aunque sea ateillo, incluidos los de mas alto grado como puede ser la iluminación, el ser masón o seguidor de los extraterrestres,lo que tira por tierra a nuestro indiferente Descarte. En fin no se como se le pudo ocurrir tal desatino aunque fuera onírico mezclado con vino...,"Yo pienso luego existo", valiente delirio, si no le hubiera dado a la botella debería haber dicho "Yo recibo, luego resueno y emito como la voz de mi amo y Señor". Esa estabilidad aunque falsa da cierto grado de poseer un yo libre y con criterio, de saber lo que quiere y por que lo quiere...

        Por tanto libertad,....en fin,.... libertad que debería ser igual a felicidad como sinónimo, si no.... no vale, creo que se alcanza por elevación sobre esa mente del Dios universal que envía a su hijo cristico llamado Espíritu de la época . elevación del hacha para cortarle la cabeza....

        Eso o que estoy resentido....por que siempre me margino, a saber..... Aunque tu no estas mejor Raul, tu libertad y felicidad es muy de Ikea, pero Ikea al fin y al cabo es otro delirio de independencia..., pero mola.

        Juan Diana la Casaora...

  • "Y después de hacer todo lo que hacen, se levantan, se bañan, se entalcan, se perfuman, se peinan, se visten, y así progresivamente van volviendo a ser lo que no son.."
    Julio Cortázar